"No es dureza de corazón o pasiones malignas lo que conduce a ciertos individuos al ateísmo, sino más bien una escrupulosa honestidad intelectual."

Esteve Allen

Entrevista a Ronald Numbers: «Puedes creer en milagros, pero no cuentan como ciencia»

El 12 de febrero de 2009 se cumplieron dos siglos del nacimiento de Charles Darwin, el biólogo que sentó las bases de la teoría de la evolución y cambió para siempre nuestra concepción del desarrollo de la vida. Ahora, Ronald Numbers, historiador de la ciencia en la Universidad de Wisconsin-Madison, en EE UU, experto en la figura del naturalista inglés, reflexiona en la revista Wisconsin Week sobre la evolución humana, el creacionismo y el diseño inteligente.

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El 12 de febrero de 2009 se cumplieron dos siglos del nacimiento de Charles Darwin, el biólogo que sentó las bases de la teoría de la evolución y cambió para siempre nuestra concepción del desarrollo de la vida. Ahora, Ronald Numbers, historiador de la ciencia en la Universidad de Wisconsin-Madison, en EE UU, experto en la figura del naturalista inglés, reflexiona en la revista Wisconsin Week sobre la evolución humana, el creacionismo y el diseño inteligente.

 

Wisconsin Week (WW): ¿Fue “El Origen de las especies” un libro controvertido cuando se publicó en 1859?

Ronald Numbers: Otra obra, “Vestigios de la Historia Natural de la Creación”, de Robert Chambers, fue mucho más sensacionalista y se vendió mejor que la de Darwin. Los geólogos habían encontrado muchas evidencias de fósiles sobre animales del pasado, pero se mantuvieron apartados de los humanos. No fue hasta la década de 1850 cuando aparecieron restos lo bastante concluyentes sobre la antigüedad humana. Eso alteró las cosas. Luego, Darwin afirmó que no existían las especies “fijas”. Sin embargo, él todavía dejaba abierta la posibilidad de la existencia de un creador: mostró cómo, por las leyes naturales, Dios podría haber poblado la Tierra usando la evolución. Esto hizo que fuera más llevadero, ya que no se tenía que elegir entre la divinidad y la ciencia.

WW: ¿Qué no entendemos aún sobre el Darwinismo?

Numbers: Uno de los hechos que no se conoce bien es que la parte de la teoría de Darwin menos aceptada por sus compañeros biólogos al principio fue la selección natural. Él decía que su principal objetivo al escribir “El Origen de las Especies” era derrocar el dogma de la creación separada de las especies, que después sería conocida como creacionismo. Quería una explicación natural, y decía que tenía debilidad por la selección natural, pero que ese no era el corazón de su teoría. De hecho, la mayoría de la gente del siglo XIX no equiparaba el Darwinismo a la selección natural. El Darwinismo, generalmente, significa evolución. Quince años después de la publicación del libro, casi todos los biólogos se habían convertido en evolucionistas. Pero no se llegó a un consenso sobre la selección natural hasta los años 30 o 40 del siglo XX. Desde entonces, ha habido muchas lecturas sobre el pasado, con muchos biólogos que defienden que el verdadero Darwinismo es la evolución basada en la selección natural.

WW: ¿Puede explicar por qué, 150 años después, todavía hay tantas reticencias a la evolución?


Numbers:
Para los creacionistas, la historia se basa en la Biblia y en la idea de que Dios creó el mundo hace 6.000-10.000 años… Los humanos somos perfectos porque fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. Y entonces tuvo lugar la “caída”. Aparece la muerte y todo se convierte en deterioro y degeneración. Entonces tenemos a Jesús, en el Nuevo Testamento, que promete la redención. La evolución le da la vuelta por completo. Con la evolución, no hay nada perfecto en el comienzo, empezamos con seres primitivos, que evolucionan hasta los primates y, finalmente, hasta los humanos. No hay una “situación perfecta” de la que “caer”. Y eso hace que el plan de salvación parezca estúpido. Lo que tenemos es una teoría del progreso desde animales unicelulares a humanos y una interpretación muy, muy diferente de la historia, y no sólo de la historia del hombre.

WW: ¿Qué opinan los americanos sobre la creación y la evolución?


Numbers:
Desde los años 80, la encuesta Gallup ha sondeado la opinión pública sobre si creemos que los primeros humanos fueron creados hace no más de 10.000 años. Las respuestas afirmativas han rondado siempre el 43-48%. En 2005 ó 2006, se añadió la pregunta de si creían o se inclinaban hacia el creacionismo, y el 65,5% respondió que sí. ¡Eso son dos terceras partes de los americanos! Lo que no sabemos, porque nadie lo ha preguntado, es cuántos de estos son creacionistas de la Tierra vieja, que creen que nuestro planeta sí es antiguo pero que los humanos aparecieron hace sólo 10.000 años. Tampoco nos dice mucho sobre los creacionistas de la Tierra joven, que creen que toda la vida comenzó hace 10.000 años. Y tampoco los dice nada sobre las desconfianza hacia la evolución, especialmente la evolución humana. Ni siquiera distingue entre creacionismo y diseño inteligente.

WW: ¿Qué es el diseño inteligente y donde encaja?

Numbers:

Sospecho que la mayoría de la gente no entiende qué es el diseño inteligente, e incluso hay personas que dan conferencias sobre el tema y no saben de qué hablan. Yo no lo defino; lo que hay que hacer es dejar a los defensores del diseño inteligente que hablen por sí solos. La mayor objeción es lo que se conoce como “naturalismo metodológico”.
Este término no existía hasta los años ochenta, pero el movimiento, basado en la idea de que los científicos deberían limitarse a explicaciones no sobrenaturales, se remonta a mucho antes. Así, si te encuentras con un problema y dices “Dios lo hizo y fue un milagro” eso no es hacer ciencia. Bajo las normas del naturalismo metodológico, eso significa hacer trampa.

Desde 1750 hasta 1850, los científicos se alinearon con la noción de que no debía haber más prodigios en lo que se conocía como ciencia. En esencia, puedes creer en milagros, pero no cuentan como ciencia. Puedes, por ejemplo, compartir las creencias del papel de Dios en la naturaleza con tu grupo religioso, pero no puedes invocar a Dios en, digamos, un artículo para la American Journal of Science y decir, “y aquí es donde Dios entra en juego”. Esto es una regla fundamental. Incluso los historiadores la adoptaron y quitaron todas las referencias a Dios o Satán. Los cristianos se convirtieron en ávidos practicantes del naturalismo metodológico porque no les obligaba a renunciar a su fe.

Ahora, los fundadores del movimiento del diseño inteligente consideran terrible esta postura. Argumentan que si el papel de la ciencia es descubrir la verdad sobre la naturaleza, ¿por qué deben los científicos atarse las manos antes de empezar sus investigaciones y decir que renuncian a mencionar a Dios incluso si encuentran evidencias de una divinidad o de un diseñador inteligente? Su objetivo es resacralizar la ciencia, retroceder el reloj 150 años y volver a permitir que lo sobrenatural cuente para la ciencia.

Y ha sucedido que el área donde lanzan sus mayores ataques es la evolución, pero, por supuesto, no se limitan a eso. La evolución es donde, según ellos, tienen mayores evidencias de una complejidad irreducible donde necesitamos supuestamente a Dios para explicar las cosas. Los partidarios del diseño inteligente tienen un gran apoyo, en parte porque la gente no se da cuenta de lo que pretenden. Cerca del 90% de los norteamericanos cree que existe un Dios, y si existe un Dios debe hacer algo. Por lo tanto toda esa gente no rechaza la idea de que Dios haya podido intervenir de algún modo en crear y poner en marcha el universo. Pero cuando les pregunto a si les importaría que los científicos colocaran un milagro, aquí o a Dios y a Satán allá dicen, “Oh, eso es una locura”.

Tienden a pensar que el diseño inteligentes es benigno en el sentido de que es estar abiertos a Dios. Pero no lo perciben como un cambio de una de las reglas más fundamentales para la ciencia, que ha funcionado muy bien en los últimos 150-200 años, como una vuelta a tras a los días en que hablar de Dios era parte de la filosofía natural.
Michael Behe, líder de los partidarios del diseño inteligente, asegura que el descubrimiento de que algunos sistemas biológicos son demasiado complejos para haber evolucionado a partir de una forma simple debería ocupar un lugar en la historia de la ciencia similar a los descubrimientos de Newton, Lavoisier y Einstein. Si él encontrara evidencias de Dios, eso sería enorme, y debería ocupar ese lugar. Pero nadie salvo Behe y sus amigos piensa que haya demostrado la existencia de Dios. Y creo que tendremos que seguir esperando.

WW: ¿Entonces los antievolucionistas discrepan con la evolución por diferentes razones?

Numbers:

En este contexto, hay dos tipos de evolución, teísta y no-teísta, y la frontera es muy difusa. A veces bromeo con un amigo que escribe sobre evolución teísta preguntándole: “¿Cuántas intervenciones sobrenaturales se necesitan para hacer a un creacionista?”. A finales del siglo XIX, un antievolucionista pensaba que hacían falta sólo tres intervenciones sobrenaturales: para crear la materia, para la vida y para los humanos. Pero muchos de los hoy que se autodefinen como evolucionistas teísticos piensan que hay muchas más intervenciones.

Hasta bien entrado el siglo XX, la mayoría de los críticos de la evolución eran conocidos simplemente como antievolucionistas. El término “creacionismo” no empezó a usarse ampliamente hasta finales de los años veinte, porque la gente que se oponía a la evolución no era capaz de ponerse de acuerdo en nada. Todos creían en la Biblia, pero tenían diferentes interpretaciones. La mayoría de los fundamentalistas, durante el conocido juicio del profesor Scopes, creían en la antigüedad de la vida en la Tierra, que hubo plantas y animales durante millones de años y que el Jardín del Edén apareció hace entre 6.000 y 10.000 años. La película La herencia del viento se mete en la historia. Willian Jennings Bryan siempre creyó que los días del Génesis suponían varios años geológicos. En el juicio de Scopes, testificó que a los antievolucionistas no les preocupaba si la creación tardó 6 días o 600 millones de años. La edad no era el problema; lo era el origen de los humanos.
Un grupo de antievolucionistas mucho más pequeño explicó el registro fósil atribuyéndolo a la inundación de Noé. Primero se les llamó geólogos de la inundación. Más tarde, alrededor de 1970, se autorrenombraron creacionistas científicos o creacionistas de la Tierra joven.

WW: ¿Qué opinión tienen de todo esto los no teístas? ¿A qué viene tanto barullo?

Numbers:

Hasta cierto punto, la controversia ha sido inventada por los divulgadores científicos, a los que les daría malas notas. Incluso revistas respetables como TIME y Newsweek escribieron cómo el diseño inteligentes estaba dividiendo a la comunidad científica. Durante años, sus partidarios han cultivado una lista de científicos dispuestos a firmar un manifiesto en contra de la evolución. Ha conseguido a 700. ¿Es una cantidad alta o baja? Bien, no podemos hacernos una idea exacta de cuántos científicos hay en el mundo, pero según el Consejo Internacional de Uniones Científicas podrían ser entre 3 y 10 millones. Así, si cogemos el número más bajo, 3 millones, resulta que los partidarios del diseño inteligente representarían menos del 0,023% de los científicos del mundo, un porcentaje minúsculo.

Durante el juicio de Dover, celebrado en 2005, en Pensilvania, donde el juez dictaminó que enseñar la teoría del Diseño Inteligente en el distrito escolar de Dover violaba la prohibición constitucional de impartir clases de religión en los colegios públicos, los periodistas me preguntaron si esto suponía el final del creacionismo de la Tierra joven. No, en realidad, sólo significa que era el evento de moda. No puedes concluir nada sobre los hechos en base a la cobertura mediática.

Se entiende, aunque es una noción con poco sentido, que la cobertura debe ser equilibrada. Entonces, “yo” entiendo que deberíamos dar un tratamiento similar a los que sostienen que la tierra es plana. ¿Les damos a los que niegan la existencia del holocausto un tratamiento justo cuando hablamos de la historia del siglo XX? ¿Dedicamos el mismo tiempo a la astrología y a la alquimia? Sin embargo, ese es el argumento que muchos periodistas parecen usar.

Felicito a mis amigos del movimiento del diseño inteligente. Han convencido a muchas personas de que hay una controversia. Y la controversia está ahora en sus mentes y en las noticias. Y luego intentan convencer a las juntas escolares que enseñen su falsa controversia científica.

WW: ¿Cómo enseñamos evolución en América?


Numbers:
Es muy diferente de un sitio a otro. Las encuestas revelan que en algunos estados un porcentaje importante de profesores de biología no cree en la evolución. Así que no serán buenos enseñándola. En otros lugares, los profesores sencillamente la ignoran. En general, no es un punto fuerte de la escuela superior estadounidense ni de la educación universitaria.

Fuente:

http://www.muyinteresante.es/entrevista-a-ronald-numbers-qpuedes-creer-en-milagros-pero-no-cuentan-como-cienciaq

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Pedro Cruz
Pedro Cruz
1 año atrás

¿Qué opina del estudio del premio Nobel Richard Kuhn acerca de la Virgen de Guadalupe?

Agustín Hernández
Agustín Hernández
1 año atrás

Muy buen artículo. De mucho tiempo había leído lo de los colorantes y no sabía el origen de esa afirmación.
Y lo de los ojos también.
Llegué aquí por Twitter.

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