"Si sólo hay un Creador que hizo al tigre y al cordero, al guepardo y a la gacela, ¿a qué está jugando? ¿Es un sádico que disfruta siendo espectador de deportes sangrientos?"

Richard Dawkins

Dios, el hijo de la israelita y el egipcio: un ejemplo «educativo» de muerte por blasfemia

Si hay algo que al religioso no le gusta es que le cuestionen. Estos pretenden escapar a la crítica y no dudan en 1º. o bien exponer moralejas mostrando ejemplos de qué sucederá si alguien lo hace (a modo educativo) o 2º. ser ellos mismos los artífices reales del castigo que se muestra en dichas moralejas. Siguiendo el segundo punto, hace tan sólo un par de artículos expuse la pena que imponía un rey cristiano (Alfonso X) a quien este o su Iglesia considerara como “hereje”. Hace ya más tiempo, además, expuse qué castigos se imponían a estos y a quienes “blasfemaran”. Pero hoy no me centraré en ese segundo punto sino en el primero: las moralejas que la Biblia expone como ejemplo. La Biblia, en un afán de “educar” (adoctrinar, más bien) enseñando que la crítica hacia esta y su dios es algo que no debe hacerse, dedica la mayoría de sus relatos a describir cuan de poderoso es el personaje que ellos representan y qué sucederá si no se le hace caso a este o, en su defecto, a ellos. Los argumentos ad baculum, soltar maldiciones a diestro y siniesto, son uno de los recursos que las religiones usan en su empeño por escapar de toda crítica hacia sus afirmaciones. He aquí, en este relato de Levítico, un ejemplo de ello.

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Si hay algo que al religioso no le gusta es que le cuestionen. Estos pretenden escapar a la crítica y no dudan en 1º. o bien exponer moralejas mostrando ejemplos de qué sucederá si alguien lo hace (a modo educativo) o 2º. ser ellos mismos los artífices reales del castigo que se muestra en dichas moralejas.

Siguiendo el segundo punto, hace tan sólo un par de artículos expuse la pena que imponía un rey cristiano (Alfonso X) a quien este o su Iglesia considerara como «hereje». Hace ya más tiempo, además, expuse qué castigos se imponían a estos y a quienes «blasfemaran». Pero hoy no me centraré en ese segundo punto sino en el primero: las moralejas que la Biblia expone como ejemplo.

La Biblia, en un afán de «educar» (adoctrinar, más bien) enseñando que la crítica hacia esta y su dios es algo que no debe hacerse, dedica la mayoría de sus relatos a describir cuan de poderoso es el personaje que ellos representan y qué sucederá si no se le hace caso a este o, en su defecto, a ellos. Los argumentos ad baculum, soltar maldiciones a diestro y siniesto, son uno de los recursos que las religiones usan en su empeño por escapar de toda crítica hacia sus afirmaciones. He aquí, en este relato de Levítico, un ejemplo de ello:

Levítico 24:10-23

10 En aquella sazón el hijo de una mujer Israelita, el cual era hijo de un Egipcio, salió entre los hijos de Israel; y el hijo de la Israelita y un hombre de Israel riñeron en el real:

11 Y el hijo de la mujer Israelita pronunció el Nombre, y maldijo: entonces le llevaron á Moisés. Y su madre se llamaba Selomith, hija de Dribi, de la tribu de Dan.

12 Y pusiéronlo en la cárcel, hasta que les fuese declarado por palabra de Jehová.

13 Y Jehová habló á Moisés, diciendo:

14 Saca al blasfemo fuera del real, y todos los que le oyeron pongan sus manos sobre la cabeza de él, y apedréelo toda la congregación.

15 Y á los hijos de Israel hablarás, diciendo: Cualquiera que maldijere á su Dios, llevará su iniquidad.

16 Y el que blasfemare el nombre de Jehová, ha de ser muerto; toda la congregación lo apedreará: así el extranjero como el natural, si blasfemare el Nombre, que muera.

23 Y habló Moisés á los hijos de Israel, y ellos sacaron al blasfemo fuera del real, y apedreáronlo con piedras. Y los hijos de Israel hicieron según que Jehová había mandado á Moisés.

El capítulo, de hecho, coloca al blasfemo al mismo nivel que el asesino:

17 Asimismo el hombre que hiere de muerte á cualquiera persona, que sufra la muerte.

Cuando, como argumento, sólo se tienen las amenazas es que algo falla en tus creencias. No son pocos los que han venido a esta web usando dicho argumento exponiendo como ejemplo este y otros relatos alegando que esto nos sucedería si cuestionamos sus creencias. Así que, queridos religiosos, si van a comentar ahórrense el negar que hacen uso de esto.

La conclusión a la que se llegan con este tipo de relatos, la que quisieron dejar sus autores, es que blasfemar conllevaba castigo. Lo irónico es que, en la actualidad, creyentes religiosos pretenden usar el libro que los contiene como ejemplo de moral. Por lo visto, para esta gente «blasfemar» (criticar o insultar a un personaje ficticio) es menos ético que matar a alguien por hacerlo.

Nota:  Poco a poco iré publicando más artículos breves como este con todos los casos en los que, según los creyentes, se hacía «el mal» como para justificar dichas penas en los relatos. Hace poco, por ejemplo, expuse un artículo mostrando que una de las cosas tan «malvadas» según la Biblia como para merecer la muerte era coger madera un sábado. Este artículo responde también a quienes han usado como argumento, cuando se habla de los asesinatos de Yahvé en la Biblia, que estos estaban justificados porque sus víctimas «hacían el mal». El ejemplo de la madera es sólo uno de tantos.

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marcelo
marcelo
6 años atrás

hola soy marcelo de argentina un gusto saludarte »sigo tus publicaciones y me gustan aprendo mucho.con respecto a este articulo es verdad siempre lo usan los cristianos para callar o asustar a quien critique al carnicero infanticida de jehova..tambien para decir q tal famoso hablo mal de dios o de jesus y murio pero el que habla bien o no habla igual muere …aparte conozco cristianos que loan a dios y mueren o padecen tremendas enfermedades o sea no veo ninguna diferencia…saludos buenisimo tu blog

José Manuel
José Manuel
3 años atrás

Si Moisés tiene que ir a consultar a Jehová cada vez que uno pronuncia (según los sacerdotes) una «blasfemia», uno de los dos presenta su dimisión. Está claro que ese pasaje es falso pero sirve para amedrentar a quien pensase actuar contra el poder religioso. Al mismo tiempo, se cubren las espaldas achacando el castigo a Jehová, eludiendo cualquier tipo de «responsabilidad» en la crueldad de los castigos. Buen blog, felicidades.

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