En un artículo publicado desde el blog de su web, la psicóloga Zoraida Rodríguez Vílchez realiza un listado con las 6 bases psicológicas que hay detrás de cada superstición y que pueden ayudar a entender por qué la gente se aferra a todo tipo de supercherías y afirmaciones realizadas por todo tipo de charlatanes. He aquí el listado de tales motivaciones psicológicas:
- Necesidad de predictibilidad: las personas necesitamos vivir en un mundo predecible, en el que hay un orden y unas reglas que explican por qué pasan las cosas. Cuando yo creo la regla “si el cielo está encapotado, debo coger un paraguas porque es probable que llueva”, evito mojarme. Nos ayudan a vivir mejor. El problema es que vamos creando asociaciones que carecen de consistencia científica (“si rompo un espejo, tendré 7 años de mala suerte”). Se llama correlación ilusoria y explica porqué el jugador de póker se toca dos veces la nariz para tener una buena mano.
- Necesidad de control: Si controlamos la situación (aunque sea porque llevo una pata de conejo en el bolsillo), las personas rendimos mejor.
- Necesidad de seguridad: en las situaciones estresantes buscamos aferrarnos a algo que nos de tranquilidad. Llevar las botas de la suerte en este partido tan importante, pueden ser incluso beneficiosas si me hacen luchar por mi objetivo con más ahínco.
- Eludir responsabilidad: si algo nos sale mal y lo podemos achacar a la mala suerte, no quedamos expuestos al fracaso propio o la acusación de los demás.
- El sesgo confirmatorio: una vez que hemos creado la regla supersticiosa, nuestra mente se dirige a buscar aquella información que confirme mi regla y a rechazar aquella que la incumple. Por eso me pongo la camiseta de mi equipo para que gane, y el día que, aún llevándola, éste pierde, busco otra explicación: “es que el árbitro nos ha robado el partido” o “los astros se han alineado en nuestra contra”. ¿Quién puede hacerle frente a los astros?
- La profecía autocumplida: ante una situación que creo que da mala suerte, me condiciono y yo mismo me genero una serie de desgracias. Así se explica cómo los deportistas cuando juegan en un campo al que han tachado de gafe, nunca consiguen ganar.
Por supuesto, a esta lista se le pueden añadir todos los tipos de sesgo y falacias que existen y que pueden dar respuesta al por qué de la existencia de las religiones: por qué se han mantenido y mantienen esta sistematización de las supersticiones más primitivas aun en nuestro tiempo, en plena era de la información, tecnológica y médica, gracias al conocimiento científico.
un pedido por favor podrias responder a lo que dice el reverendo o pastor de esta pagina https://ministerioscuerdasdeamor.wordpress.com/estudios-biblicos/preguntas-y-respuestas/es-la-mandibula-humana-un-ejemplo-de-mal-diseno/
¿Y a qué se supone que debo responder? ¿A «Estos descubrimientos hacen más creíble un diseño con propósito que un diseño basado en la evolución.«? El tipo no ha comprendido qué dice y muestra el propio estudio y por lo visto tampoco sabe qué es y cómo funciona la evolución. Basta con leerse los estudios publicados por Noreen Von Cramon-Taubadel para saber que lo que demuestran es la evolución tal y como lo entiende la Biología moderna, no como lo entiende este tipo.
Hubiera estado bien, además, que este religioso publicara la fuente de donde extrae sus conclusiones. Lo haré yo:
O de 11,000 years of craniofacial and mandibular variation in Lower Nubia
O de Global human mandibular variation reflects differences in agricultural and hunter-gatherer subsistence strategies
En el primero se especifica que estos cambios se producen debido a la presión selectiva y en la segunda lo que se demuestra es que los hábitos masticatorios afectan a la forma de la mandíbula. En ninguno de ellos se encuentra «un diseño con propósito» sino más bien una adaptación al medio.
Este hombre, antes de opinar sobre Biología, lo que debería hacer es aprender a diferenciar entre Selección Natural y Selección Artificial. Luego, si tiene tiempo, aprender algo de Biología, como qué es la presión selectiva o la genética de poblaciones. Las especies no nacen con el «propósito» de adaptarse al medio. Son quienes nacen con ciertas cualidades que les hacen adaptarse mejor al medio quienes sobreviven el tiempo suficiente para poder reproducirse y así transmitir sus genes a las próximas generaciones. Cuando la evolución es dirigida ya tiene un nombre: domesticación o selección artificial, no Dios.