"Una lectura y entendimiento completos de la Biblia son el camino más seguro al ateísmo."

Donald Morgan

25 de diciembre ¿nacimiento del Jesús neotestamentario?

Muchos religiosos intentan justificar esta fecha (25 de diciembre) como el día del nacimiento de su líder mesiánico. Les incomoda el origen pagano de sus creencias y tradiciones e intentan justificarlo en "la Biblia" (en el Nuevo testamento, concretamente). Dejando de lado que el NT es un texto creado ad hoc para tener correspondencia con el Tanaj hebreo traducido por los griegos (la LXX) y los fallos que ya mencioné en otro artículo con respecto al nacimiento de su ídolo, veamos una lista de las "pruebas" que esta gente presenta. Veremos los fallos que esta gente niega o no ha tenido en consideración al intentar dar sus explicaciones para justificar dicha fecha.

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Muchos religiosos intentan justificar esta fecha (25 de diciembre) como el día del nacimiento de su líder mesiánico. Les incomoda el origen pagano de sus creencias y tradiciones e intentan justificarlo en «la Biblia» (en el Nuevo testamento, concretamente).

Dejando de lado que el NT es un texto creado ad hoc para tener correspondencia con el Tanaj hebreo traducido por los griegos (la LXX) y los fallos que ya mencioné en otro artículo con respecto al nacimiento de su ídolo, veamos una lista de las «pruebas» que esta gente presenta. Veremos los fallos que esta gente niega o no ha tenido en consideración al intentar dar sus explicaciones para justificar dicha fecha.

¿En tiempos de Herodes?

El texto Mateo afirma que el nacimiento se produjo en los tiempos de Herodes, cuando este de hecho aún estaba vivo:

Mateo 2

1 Y como fué nacido Jesús en Bethlehem de Judea en días del rey Herodes, he aquí unos magos vinieron del oriente á Jerusalem,

Diciendo: ¿Dónde está el Rey de los Judíos, que ha nacido? porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos á adorarle.

Y oyendo esto el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalem con él.

Y convocados todos los príncipes de los sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.

Y ellos le dijeron: En Bethlehem de Judea; porque así está escrito por el profeta:

Y tú, Bethlehem, de tierra de Judá, No eres muy pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará á mi pueblo Israel.

(*): entre las incoherencias en sólo este texto, está que en él un rey Herodes, un judío, le haga si quiera caso a unos «magos» (a quienes el Tanaj considera condenables a muerte) de no se sabe donde y que además decían seguir una estrella (cuando la admiración de los astros estaba prohibida).

Unos magos, como nota, que venían… ¿de donde? Repasemos esto, que es gracioso:

…he aquí unos magos vinieron del oriente á Jerusalem,

Diciendo: ¿Dónde está el Rey de los Judíos, que ha nacido? porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos á adorarle.

Una pequeña nota es esta curiosa incoherencia, nada más empezar ¿Pillan ya la incoherencia señalándola en negrita o tengo también que explicarla?

Durante siguiente incoherencia, después de esta anterior nota, está que Herodes consultara a unos magos: tal vez uno podría excusarse en que Herodes había ejercido durante su vida una activa defensa del paganismo, motivo por el cual no gozó con la simpatía de muchos judíos. Pero es que en el relato también se encuentra que este rey consultara en ese mismo instante a sacerdotes y escribas judíos; luego, que estos consintieran esto cuando en su ley se prohibía terminantemente incluso bajo pena capital (Mishná Sanhedrín 7,1) y que estos, además, si quiera dudaran en reconocer el nacimiento de su mesías; o incluso que dijeran si quiera que el mesías tenía que nacer en Belén, cuando dicha «profecía» no era contemplada por estos y el texto veterotestamentario al que hace referencia el evangelio ni si quiera afirma eso: es una descontextualización cristiana.

Entre las cosas por las cuales uno debería dudar ante este testimonio evangélico está otra en la que nadie cae: ¿cómo sabía el autor de Lucas sobre dicha conversación? A lo largo del NT se producen cosas tan absurdas como esta: que se narren sucesos en los que no había testigo alguno. Dentro además, de una estructura narrativa completamente artificial. El nivel de «fe» que debe tener uno para creer a un autor hasta este punto, creer que se sepa qué dijo o hizo cierta persona a posteriori, sin cuestionase esto, a mi me deja a veces perplejo. Recordemos también que, según la erudición (y en esto hay consenso por la cantidad de evidencia publicadas en papers revisados al respecto), el autor de Lucas no fue testigo presencial (al igual que ninguno de los otros autores veterotestamentarios) de nada de lo que narran. Este escribió el evangelio a finales del siglo I (entre el 75 y el 85 e.c.). Hay que «creer» a dicho autor en cuestiones en las que se sabe incluso que los hechos no sucedieron como dice y en donde él (un religioso con un obvio sesgo y clara intención hagiográica) es la única fuente.

Sabemos, por ejemplo, que Herodes murió en el 4 a.e.c. (para los cristianos, el 4 antes de su Cristo) porque otro gran referente cristiano (por una interpolación que ellos metieron) dijo en Antigüedades judías que Herodes «Murió al quinto día de haber hecho matar a Antipáter«: que «Su reinado duró, a partir de la ejecución de Antígono, treinta años, y después de haber sido creado rey por los romanos treinta y siete años.» (Antiguedades II, Libro XVII, Capítulo  VIII, Sección I). Aunque luego el autor del texto de Lucas, a quien escogen como referente quienes afirman que su Jesús nació el 25 de diciembre, afirma que Jesús nació durante el censo de Cirenio (Publio Sulpicio Quirinio):

Lucas 2

1 Y aconteció en aquellos días que salió edicto de parte de Augusto César, que toda la tierra fuese empadronada.

Este empadronamiento primero fué hecho siendo Cirenio gobernador de la Siria.

E iban todos para ser empadronados, cada uno á su ciudad.

Y subió José de Galilea, de la ciudad de Nazaret, á Judea, á la ciudad de David, que se llama Bethlehem, por cuanto era de la casa y familia de David;

Para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.

Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días en que ella había de parir.

Y parió á su hijo primogénito, y le envolvió en pañales, y acostóle en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

Y había pastores en la misma tierra, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su ganado.

Y he aquí el ángel del Señor vino sobre ellos, y la claridad de Dios los cercó de resplandor; y tuvieron gran temor.

10 Mas el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:

11 Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.

El famoso censo de Cirenio se produjo, según Josefo, 37 años después de que Octavio derrotó a Antonio (Marco Antonio) en la batalla naval de Accio: en el año 6 e.c. Sin embargo este autor neotestamentario también dice que estos eran también los «días de Herodes»:

5 Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la suerte de Abías; y su mujer, de las hijas de Aarón, llamada Elisabet.

¿En qué quedamos pues? ¿Tomamos como referente al autor de Mateo o al de Lucas? Los defensores de que el día del nacimiento no fue elegido por cristianos sino que consta por los autores neotestamentarios (¡para el caso es lo mismo!) eligen, pese a como hemos podido comprobar una fuente poco fiable, al autor de Lucas.

El recuento para el nacimiento de Juán

En Lucas 1, su autor afirma que un ángel se le aparece a  Zacarías (sí, omitiré también que aparezcan seres de fantasía) para decirle que, pese a que su mujer es la estéril (cómo no, en la Biblia siempre son las mujeres las que tienen los problemas para engendrar) y que ambos eran viejos, tendrían un hijo (Juán, «el bautista»).

11 Y se le apareció el ángel del Señor puesto en pie á la derecha del altar del incienso.

12 Y se turbó Zacarías viéndo le, y cayó temor sobre él.

13 Mas el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te parirá un hijo, y llamarás su nombre Juan.

….

18 Y dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? porque yo soy viejo, y mi mujer avanzada en días.

23 Y fué, que cumplidos los días de su oficio, se vino á su casa.

24 Y después de aquellos días concibió su mujer Elisabet, y se encubrió por cinco meses, diciendo:

25 Porque el Señor me ha hecho así en los días en que miró para quitar mi afrenta entre los hombres.

26 Y al sexto mes, el ángel Gabriel fué enviado de Dios á una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,

27 A una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David: y el nombre de la virgen era María.

28 Y entrando el ángel á donde estaba, dijo, ­Salve, muy favorecida! el Señor es contigo: bendita tú entre las mujeres.

29 Mas ella, cuando le vió, se turbó de sus palabras, y pensaba qué salutación fuese ésta.

30 Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia cerca de Dios.

31 Y he aquí, concebirás en tu seno, y parirás un hijo, y llamarás su nombre JESUS.

34 Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? porque no conozco varón.

35 Y respondiendo el ángel le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te hará sombra; por lo cual también lo Santo que nacerá, será llamado Hijo de Dios.

36 Y he aquí, Elisabet tu parienta, también ella ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes á ella que es llamada la estéril:

37 Porque ninguna cosa es imposible para Dios.

Partiendo, como dije, de lo que afirma el autor de Lucas, estos cristianos establecen un recuento basado en que en Lucas 1:-9 se afirma que Zacarías ejercía por orden de su clase (de la clase de Abías):

HUBO en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la suerte de Abías; y su mujer, de las hijas de Aarón, llamada Elisabet.

Y aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios por el orden de su vez,

Conforme á la costumbre del sacerdocio, salió en suerte á poner el incienso, entrando en el templo del Señor.

El orden y número de las clases sacerdotales que había se toma de 1 Crónicas 24:

Y la primera suerte salió por Joiarib, la segunda por Jedaía;

La tercera por Harim, la cuarta por Seorim;

La quinta por Malchîas, la sexta por Miamim;

10 La séptima por Cos, la octava por Abías;

11 La nona por Jesua, la décima por Sechânía;

12 La undécima por Eliasib, la duodécima por Jacim;

13 La décimatercia por Uppa, la décimacuarta por Isebeab;

14 La décimaquinta por Bilga, la décimasexta por Immer;

15 La décimaséptima por Hezir, la décimaoctava por Aphses;

16 La décimanona por Pethaía, la vigésima por Hezeciel;

17 La vigésimaprima por Jachim, la vigésimasegunda por Hamul;

18 La vigésimatercia por Delaía, la vigésimacuarta por Maazía.

Con este texto, por supuesto, empiezan una serie de problemas que los eruditos aún no han conseguido solucionar:

Cada uno de ellos era responsable de atender los sacrificios del templo durante dos semanas al año que duraban de sabbat a sabbat. Su selección y el orden de servicio se decidieron, según 1 Crónicas 24:5, echándolo suertes:

Los organizaron por sorteo, tanto a los unos como a los otros, pues había oficiales del santuario y oficiales de la casa de Dios entre los hijos de Eleazar y entre los hijos de Itamar.

El problema añadido es que la organización de los sacerdotes por sorteo contradice el nombramiento por el rey, según 1 Crónicas 23:6a:

Y repartiólos David en órdenes conforme á los hijos de Leví, Gersón y Coath y Merari.

Pero tomemos, tal y como lo traducen a Lucas, que el sorteo dio lo que dio y que Zacarías pertenecía a la 8ª: la de Abías. En el calendario hebreo (lunar y solar) la semana es de sábado a sábado y el primer día de la semana comienza el domingo. Por mantener este tipo de calendario mesopotámico los judíos, provenientes en su día de tribus seminómadas, se encuentran cada año con una serie de problemas que deben solventar añadiendo o quitando días (los años pueden tener 353, 354, 355, 383, 384 o 385 días) e incluso meses. ¿Qué quiere que les diga? El Universo confabula contra sus creencias y tradiciones. Por este tipo de jaleos, como digo, es por lo que un año puede durar 12 o incluso hasta 13 meses.

Luego está el hecho de que en el calendario hebreo el primer mes es Nisan (que comienza en marzo o en abril) y el último Adar (que comienza en febrero o en marzo). Diciembre, que es cuando los cristianos celebran el supuesto nacimiento de Jesús correspondería con el mes hebreo Kislev (noviembre o diciembre).

Aquí tienen el listado de meses (cortesía de wikipedia):

  1. Nisán (30 días) (ניסן, llamado también Abib – אביב) – marzo o abril
  2. Iyar (29 días) (אייר) – abril o mayo
  3. Siván (30 días) (סיוון) – mayo o junio
  4. Tamuz (29 días) (תמוז) – junio o julio
  5. Av (30 días) (אב) – julio o agosto
  6. Elul (29 días) (אלול) – agosto o septiembre
  7. Tishrei (30 días) (תשרי) – septiembre u octubre
  8. Jeshván (29 o 30 días) (חשוון, llamado también Marjeshván – מרחשוון) – octubre o noviembre
  9. Kislev (30 o 29 días) (כסלו) – noviembre o diciembre
  10. Tevet (29 días) (טבת) – diciembre o enero
  11. Shevat (30 días) (שבט) – enero o febrero
  12. Adar (29 días) (אדר) – febrero o marzo

 

Esto supondría que la primera clase (Joiarib) empezaría en la primera semana, segunda de Nisan, la clase de Jedaía a la segunda semana; luego, la tercera a Harim y la cuarta a Seorim; luego las primera semana del mes Iyan a Malchîas… y así hasta llegar a Abías.

Por si no se aclaran con el reparto de clases, aquí tiene un listado:

Clase sacerdotalNombreMes hebreoSemanasCorrespondencia (mes actual)
JoiaribNisan1 al 7marzo o abril
JedaíaNisan8 al 14marzo o abril
HarimNisan15 al 21marzo o abril
SeorimNisan22 al 28marzo o abril
MalchîasNisan, Iyar29 y 30 (Nisan), 1 al 5 (Iyar)marzo a mayo
MiamimIyar6 al 12abril o mayo
CosIyar13 al 19abril o mayo
8ª >>AbíasIyar20 al 26abril o mayo
JesuaIyar, Silván27 al 29 (Iyar), 1 al 4 (Silván)abril a junio
10ªSechâníaSilván5 al 12mayo o junio
11ªEliasibSilván13 al 19mayo o junio
12ª --- últimaJacimSilván20 al 26mayo o junio
JoiaribSilván, Tamuz27 al 30 (Silván), 1 y 2 (Tamuz)mayo a julio
JedaíaTamuz3 al 9junio o julio
HarimTamuz10 al 16junio o julio
SeorimTamuz17 al 23junio o julio
MalchîasTamuz, Av24 al 29 (Tamuz), 1 (Av)junio a agosto
MiamimAv2 al 8julio o agosto
CosAv9 al 15julio o agosto
8ª >>AbíasAv16 al 22julio o agosto

Si Zacarías pertenecía a la 8ª vuelta, la correspondiente a la clase de Abías, entonces esta tendría que corresponder con el mes hebreo de Iyar (finales de junio y comienzos del mes de mayo). Ahora echen cuentas: si María se quedó preñada a los 6 meses de que Elisabeth se quedara embarazada: al sexto mes María la visita y tres meses después es cuando tiene a su hijo (Juan): a los 6 meses es cuando el ángel (sí, esto es un relato de fantasía) se le aparece a María para decirle que ella también se quedará embarazada. Suponiendo entonces que el relato no sea una composición ad hoc sobre un personaje inventado y de nuevo omitiendo que en aquella época una mujer vieja y estéril (según el propio relato) tuviera un hijo y centrándonos en los cálculos: si Juan nació 9 meses después de mayo, como muy tarde (Iyar), Juan habría nacido entre febrero y marzo (Adar): María se quedó preñada ese mes 6º, ergo si tuvo un embarazado normal (9 meses) entonces habría tenido al hijo en septiembre (entre Elul y Tishrei): abarcando más tiempo de un embarazo según estos cálculos, entre agosto y octubre.

Suponiendo, repito, que el texto no sea lo que es (un mito) en el texto de Lucas (Lucas 2:8) además se afirma que era época de pastoreo: yo no sé si lo saben, pero la temperatura media en diciembre y enero ronda entre los 6º y 12º. Diciembre, señores, no es época de pastoreo. El principal problema, además de la temperatura, es que el invierno palestino es un invierno de numerosas lluvias. Esto es a es algo que incluso se puede ver en el Tanaj:

Esdras 10:9, 13

Así todos los hombres de Judá y de Benjamín se reunieron en Jerusalem dentro de tres días, á los veinte del mes, el cual era el mes noveno; y sentóse todo el pueblo en la plaza de la casa de Dios, temblando con motivo de aquel negocio, y á causa de las lluvias.

13 Mas el pueblo es mucho, y el tiempo lluvioso, y no hay fuerza para estar en la calle: ni la obra es de un día ni de dos, porque somos muchos los que hemos prevaricado en este negocio.

La época de lluvia no se va hasta pasado el invierno, según Cantares 2:11:

11 Porque he aquí ha pasado el invierno, Hase mudado, la lluvia se fué

Y que incluso la erudición, cuando ha comentado la Biblia, ha intentado explicar:

No hay indicios aquí de que estos pastores estuvieron expuestos al aire libre. Habitaban en los campos donde tenían sus ovejas encerradas; pero indudablemente tenían carpas o casetas debajo de las cuales habitaban.

Vigilando, de noche, O, como en el margen, mantener las vigilias de la noche, es decir, cada uno con una vigilancia (que normalmente consistía en tres horas) en su turno. La razón por la que los vieron en el campo parece haber sido, ya sea para preservar a las ovejas de las bestias de presa, como lobos, zorros, etc., o de bandidos de arranque libre, con lo que toda la tierra de Judea estaba en ese momento muy infestada. Era costumbre entre los judíos enviar sus ovejas a los desiertos, alrededor de la Pascua, y llevarlas a casa al comienzo de la primera lluvia: durante el tiempo que estuvieron fuera, los pastores los vigilaban día y noche. A medida que ocurría la Pascua en la primavera, y la primera lluvia comenzó a principios del mes de Marchesvan, que responde a parte de nuestro mes de octubre y noviembre, descubrimos que las ovejas permanecieron en el campo abierto durante todo el verano. Y como estos pastores aún no habían traído a casa sus rebaños, es un argumento presuntivo que octubre aún no había comenzado, y que, en consecuencia, nuestro Señor no nació el 25 de diciembre, cuando no había rebaños en los campos; ni pudo haber nacido después de septiembre, ya que los rebaños todavía estaban en los campos de noche. Por este mismo motivo, se debe abandonar la natividad en diciembre. La alimentación nocturna de los rebaños en los campos es un hecho cronológico, que arroja una luz considerable sobre este punto en disputa. Vea las citas de los talmudistas en Lightfoot.

Fuente: Commentary on the Bible, Vol. 5. Vers 8. Adam Clarke

Wayne Partain y Bill H. Reeves:

Estos pastores estuvieron en el campo abierto, bajo las estrellas, cuidando sus ovejas; por eso, este gran evento no ocurrió el 25 de diciembre. “Desde abril hasta el otoño en septiembre, los rebaños pacían constantemente en campos abiertos, permaneciendo siempre los pastores allí. (Por esto parece evidente que es muy tarde la fecha generalmente dada para el nacimiento de nuestro Señor)” (JFB). “Es ciertamente muy difícil pensar que los pastores se expusieran a los rigores del invierno, en las altas montañas de Judea” (GRB). Compárese 1Sa_17:34. En esta misma región David había apacentado ovejas.

Señores, si se hace caso al autor de Lucas, Jesús no nació en diciembre sino, a lo muy tarde, en septiembre. El problema es que esto, repito, es si se hace caso a dicho autor pues es la única fuente, junto con el autor de Mateo, que hablan de esto. Y como ya hemos visto, ambos se autocontradicen mutuamente y a si mismos.

No se ponen de acuerdo

La fecha del nacimiento de este personaje ha sido siempre cuestionada. No sólo por nosotros, los «malvados ateos», sino por la propia cristiandad. Para ello, a lo largo de los siglos, muchos cristianos intentaron realizar una cronología de los hechos narrados por los evangelistas. Algo que se habría zanjado si las fuentes fueran fiables y no una historia inventada décadas a posteriori. Pese al mantra repetido por apologistas cristianos como Josh McDowell, podemos saber el día, mes y año exacto de emperadores y demás figuras históricas (a quienes además, a diferencia del personaje que cristianos como él intentan justificar, ningún historiador considera sus mitos como reales) por la cantidad de fuentes seculares, porque se tienen fuentes contemporáneas y por la credibilidad de estas, ya que son confirmadas por otras (incluso de aquellos de los que no gozaban su simpatía). Con el Jesús neotestamentario no sucede eso y los evangelios son el ejemplo.

Por eso los cálculos para establecer la fecha tan solo de su nacimiento, según quien los interprete, varían: a otros cristianos, haciendo los cálculos, Jesús les habría nacido a finales de septiembre y principios de octubre (en la fiesta de los Tabernáculos); a otros, en abril o mayo. Estos últimos podrían incluso tener más bases que los anteriores si contamos con que el texto de Lucas se escribió posteriormente al año 70 (después de la destrucción del II Templo): cuando se produjo un cambio en el orden de los sacerdotes. Otros, en vez de contar con una semana, lo hacen con dos semanas seguidas por cada sacerdote. Siguen sin cuadrar las fechas y no da como resultado el 25 de diciembre: en el supuesto caso de contar con dos semanas el mes de nacimiento sería julio a lo muy tarde (Tamuz).

¿La tradición cristiana?

Cuando los cálculos, según el recuento de clases no da, los católicos citan a la «tradición cristiana». Pero ¿Qué pasa si nos vamos a cuando creían los primeros cristianos que había nacido su mesías o qué fechas dijeron a lo largo de los siglos hasta la oficialización de esta religión?

No es hasta el siglo III que al primer cristiano, Hipólito de Roma, se le ocurre el 25 de diciembre como fecha y veremos más adelante cómo y por qué la saca. A pesar ello, esta no es considerada por el cristianismo: las comunidades, todas contrarias unas a otras, siguen tomando como fecha principal el 6 de enero y otras marzo. A esta fecha llega incluso, después de Hipólito, a mediados de ese mismo siglo un cristiano al que denominan pseudo-Cipriano. La siguiente fecha se daría en el siglo IV. Es a partir de ese IV siglo cuando ¿magia? se empieza a usar esa fecha. ¿adivinan por qué entre todas las fechas dadas fue esa la que empezó a imperar? No se preocupen, también veremos más adelante el cómo y por qué.

Autor y fechaIndicación del añoIndicación del díaAñoDía
Ireneo de Lyon (circa 180)41º año del reinado de Augusto-3 a.C.-
Clemente di Alejandría (circa 200)194 años, un mes, 13 días antes de la muerte de Commodus (31 de diciembre de 192)3 a.C. o 2 a.C.18 noviembre (calendario juliano) o 6 enero (calend. egipcio)
"Otros" en Egipto (circa 200)28º anno di Augusto (Contado desde el comienzo del reinado de Augusto en Egipto hasta la muerte de Cleopatra en el 30 a. C.)25 del mes (egipcio) de pachon2 a.C.20 de mayo o
25-28 de marzo.

25 según el calendario egipcio "vago" del período de cuatro años 200-203 DC, 28 según el del período de cuatro años 188-191. Sin saber el año exacto en que escribió
Seguidores de Basilides en Egipto (circa 200)-Bautismo (y probablemente también Epifanía ) el día 15 del mes (egipcio) de tybi-10 de enero
"Otros" (¿seguidores de Basilides ?) En Egipto (circa 200)-bautismo (y probablemente también Epifanía ) el día 11 del mes (egipcio) de tybi-6 de enero
"Otros" en Egipto
(circa 200)
-24 o 25 del mes (egipcio) de pharmouti-19 o 20 de abril
Hipólito de Roma (poco antes del 203-204)42º año del reinado de Augusto (Contado desde la muerte de César el 44 a. C.)4º día en ninguno de abril
(según un tratado anónimo de solsticios y equinocios: 8º día en las kalendas de enero)


2 a.C.2 abril (25 diciembre)

Libro del profeta Daniel (En el libro cuarto (c.23) el autor afirma que Cristo nació en miércoles, 25 de diciembre, el año 42 del emperador Augusto.
Tertuliano
(poco antes del 207-208)
41 años del reinado de Augusto, 15 años antes de su muerte (14 d. C.), el año anterior al 28 después de la muerte de Cleopatra (30 a. C.)-3 a.C.-
Tertulliano
nacimiento durante el censo de Augusto bajo Senzio Saturnino (para cuadrar fechas cristianos argumentan que ayudó a Cirino con un censo propio)-9-6 a.C.-
Sesto Giulio Africano (circa 220)5500 años después de Adán, 31 años antes del año 16 de Tiberio (probablemente 29 e.c.)-2 a.C.-
Pseudo- Cipriano (243)-5º día en el calendario de abril-28 de marzo
Eusebio de Cesarea (circa 300-325)4º año de la 194ª olimpiada-verano 1 a.C. / veramo 1 d.C.-
Eusebio di Cesarea (circa 300-325)42º anno del regno di Augusto,[23] il 28º della sottomissione dell'Egitto e della morte di Antonio e Cleopatra (30 a.C.)-2 a.C.-
Depositio Martyrum filocaliano (336)

Tambien conocido como Calendario de Filócalo y Cronógrafo del 354
-8º día en las kalendas de enero-25 diciembre
Pseudo- Juan Crisóstomo
(finales de III - mediados del siglo IV)
-8º día en las calendas de enero-25 de dicembre
Epifanio de Salamina (circa 374-377)13º consulado de Augusto y Silvano , 42º del reinado de Augusto 8º día antes de los idus de enero2 a.C.6 de enero
Epifanio de Salamina45º año del calendario juliano, 4º de la 194ª Olimpiada-1 a.C.-
Jerónimo (circa 380)reanuda el reinado 42º de Augusto de Eusebio-2 a.C.-
Sulpicio Severo (circa 400)33º año de Herodes8º día en las kalendas de enero4 a.C., 3 a.C. extrema incluida25 de diciembre
Agustín (circa 400-416)-8º día en las kalendas de enero-25 de diciembre
Orosio (circa 416-420)42º año del reinado de César Augusto, año 752º AUC8º día en las kalendas de enero2 a.C.25 dicembre
Cassiodoro (circa 519)41º año del reinado de César Augusto-3 a.C.-
Juan Malalas (circa 570)42º año del reinado de César Augusto8º día en las kalendas de enero2 a.C.25 dicembre

 

Las excusas

El sesgo de confirmación en las religiones es un hecho. Para dar coherencia a esto los cristianos idearon dos excusas: una para cuadrar el calendario y otra para explicar por qué del pastoreo en invierno.

Un calendario a la carta

Las principales excusas han venido ¡casualidad! de católicos: no quieren que el nacimiento de su querido mesías no sea cuando tradicionalmente se decidió por Concilio y decreto. Asumir esto es asumir que su religión es más artificial de lo que ya de por si parece. La principal excusa, a la que todos ellos se acogen como un clavo ardiendo es que «el orden de los cambios en los días de Cristo» tal vez cambió y no estaba establecido así. A saber, según ellos, cabe dicha posibilidad porque «desde el momento de la construcción del Templo la adoración había sido interrumpida varias veces, y podría haber ocurrido un desajuste entre los turnos y el calendario.» El calendario judío (lunisolar) no les convence y necesitan recurrir al esenio (solar) ¿no es irónico? Por un lado niegan que su religión sea una variante esenia, como muchos sostenían, y por otro pretenden apoyarse en fuentes esenias porque creen que así consiguen corregir sus incoherencias. Para ello se han hecho eco de los fuentes: una es Annie Jaubert y el otro es Shemarjahu Talmon.

La primera, Annie Jaubert (1912 – 1980), en cuya obra Le calendrier des Jubilées et de la Qumran. Ses origines bibliques (Vetus Testamentum, Supl. 3. págs. 250-264), publica un calendario solar hebreo basado en el texto apócrifo llamado «Libro de los Jubileos» con el número de meses. Estos cristianos arguyen, mediante una serie de suposiciones, que este calendario podría haber sido considerado por los cristianos (personas que vivieron a durante la segunda mitad del s. I) porque lo usaron esenios en el s. II a.e.c. ¡varios siglos después! ¿Están (repito) reconociendo que su mesianismo es una derivación del mesianismo esenio? Este calendario además cuenta con errores con los que un sacerdote, como Zacarías, no habría contado: el calendario de los Jubileos, del Libro de Enoc y los Rollos del Mar Muerto era únicamente solar mientras que el calendario hebreo usado por fariseos y sacudeos del siglo I era solar y lunar (lunisolar). Por más que se haga hincapié en intentar introducir este calendario como excusa, lo cierto es que no parece que este calendario fuese usado por el rabinato judío al que hace referencia el autor de Lucas: todo parece indicar que este calendario, si fue usado, dejó de estar en uso durante la revuelta macabea. Además, la secta esenia era una secta que había roto con las tradiciones del Templo. En el siglo I, la tradición rabínina de Zacarías y resto de sacerdotes les habría distanciado de ese calendario solar tiempo atrás.

Shemarjahu Talmon (1920 – 2010), de la Universidad Hebrea de Jerusalén, es el más usado por católicos para defender esta tesis. Este es usado también basándose en el calendario del Libro del Jubileo (o sea, en ese calendario esenio) y en el resto de textos de Qumram calculó los 24 turnos y a qué sacerdote habrían correspondido. Los resultados los expuso en The Calendar Reckoning of the Sect from the Judean Desert. Aspectos de los Rollos del Mar Muerto, en Scripta Hierosolymitana, vol. IV, Jerusalén 1958, pp. 162-199.

Según quienes se apoyan en esto, bajo tal argumento, el turno Abías (Ab-Jah), prescrito dos veces al año, habría sucedió así:

  • La primera vez, del 8 al 14 del tercer mes calendario.
  • La segunda vez, del 24 al 30 del octavo mes calendario.

 

Ahora, según el calendario solar al que apelan los católicos que defienden la fecha tradicional (no el calendario lunisolar, como el calendario judío), esta segunda vez está fechada de esta manera: el segundo turno de Abijah habría correspondió a los días del 24 al 30 de septiembre (véase el artículo de Tommaso Federici, «25 dicembre, a data storica», en «30 giorni» [11/2000]). Federici, en su artículo, afirma esto:

Hay cuatro fechas del Evangelio en sucesión que se cruzan entre sí, a saber

I) el anuncio a Zacarías y II) seis meses después de la Anunciación a María,

III) respectivamente nueve y tres meses después de las dos primeras fechas, el nacimiento del Bautista,

y IV) seis meses después de la última fecha y, por supuesto, nueve meses después del anuncio, el Nacimiento del Señor y Salvador, respectivamente.

Aquí tienen el relato:

Lucas 1:24-57

24 Y después de aquellos días concibió su mujer Elisabet, y se encubrió por cinco meses, diciendo:

25 Porque el Señor me ha hecho así en los días en que miró para quitar mi afrenta entre los hombres.

26 Y al sexto mes, el ángel Gabriel fué enviado de Dios á una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,

27 A una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David: y el nombre de la virgen era María.

31 Y he aquí, concebirás en tu seno, y parirás un hijo, y llamarás su nombre JESUS.

34 Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? porque no conozco varón.

35 Y respondiendo el ángel le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te hará sombra; por lo cual también lo Santo que nacerá, será llamado Hijo de Dios.

36 Y he aquí, Elisabet tu parienta, también ella ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes á ella que es llamada la estéril:

37 Porque ninguna cosa es imposible para Dios.

38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase á mí conforme á tu palabra. Y el ángel partió de ella.

39 En aquellos días levantándose María, fué á la montaña con priesa, á una ciudad de Judá;

40 Y entró en casa de Zacarías, y saludó á Elisabet.

41 Y aconteció, que como oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fué llena del Espíritu Santo,

42 Y exclamó á gran voz, y dijo. Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre.

….

56 Y se quedó María con ella como tres meses: después se volvió á su casa.

57 Y á Elisabet se le cumplió el tiempo de parir, y parió un hijo.

El problema es que, con esto, se presentan varios inconvenientes con los que estos avezados católicos no han contado o pretenden omitir a su público. Si partimos del calendario esenio no podemos hacer la selección cuando a nosotros nos venga bien, señores católicos. ¿A qué me refiero? El texto esenio al que se refieren con esto es el 4Q320. En dicho manuscrito, señores, cuyo texto es del siglo II a.e.c. se hacen un recuento de seis años y los turnos cambian cada año.

semana Día Año 1 Año 2 Año 3 Año 4 Año 5 Año 6
28/12 Gamul <= Año 6 del ciclo anterior
1 04/01 Dalaías Harim Koz Eliasib Bilga Pethakhia
2 11/1 Maazías Seorim Abías Jakim Immer Ezequiel
3 18/1 Joyarib Malchías Jeshua Huppa Hezir Jaquín
4 25/1 Jedaía Mijamín Sechânías Jesebeab Happitsets Gamul
5 2/2 Harim Koz Eliasib Bilga Pethakhia Dalaías
6 9/2 Seorim Abías Jakim Immer Ezequiel Maazías
7 16/2 Malchías Jeshua Huppa Hezir Jaquín Joyarib
8 23/2 Mijamín Sechânías Jesebeab Happitsets Gamul Jedaía
9 30/2 Koz Eliasib Bilga Pethakhia Dalaías Harim
10 7/3 Abías Jakim Immer Ezequiel Maazías Seorim
11 14/3 Jeshua Huppa Hezir Jaquín Joyarib Malchías
12 21/3 Sechânías Jesebeab Happitsets Gamul Jedaía Mijamín
13 28/3 Eliasib Bilga Pethakhia Dalaías Harim Koz
14 4/4 Jakim Immer Ezequiel Maazías Seorim Abías
15 11/4 huppa Hezir Jaquín Joyarib Malchías Jeshua
16 18/4 Jesebeab Happitsets Gamul Jedaía Mijamín Sechânías
17 25/4 Bilga Pethakhia Dalaías Harim Koz Eliasib
18 2/5 Immer Ezequiel Maazías Seorim Abías Jakim
19 9/5 Hezir Jaquín Joyarib Malchías Jeshua Huppa
20 16/5 Happitsets Gamul Jedaía Mijamín Sechânías Jesebeab
21 23/5 Pethakhia Dalaías Harim Koz Eliasib Bilga
22 30/5 Ezequiel Maazías Seorim Abías Jakim Immer
23 7/6 Jaquín Joyarib Malchías Jeshua Huppa Hezir
24 14/6 Gamul Jedaía Mijamín Sechânías Jesebeab Happitsets
25 21/6 Dalaías Harim Koz Eliasib Bilga Pethakhia
26 28/6 Maazías Seorim Abías Jakim Immer Ezequiel
27 4/7 Joyarib Malchías Jeshua huppa Hezir Jaquín
28 11/7 Jedaía Mijamín Sechânías Jesebeab Happitsets gamul
29 18/7 Harim Koz Eliasib Bilga Pethakhia Dalaías
30 25/7 Seorim Abías Jakim Immer Ezequiel Maazías
31 2/8 Malchías Jeshua Huppa Hezir Jaquín Joyarib
32 9/8 Mijamín Sechânías Jesebeab Happitsets Gamul Jedaía
33 16/8 Koz Eliasib Bilga Pethakhia Dalaías Harim
34 23/8 Abías Jakim Immer Ezequiel Maazías Seorim
35 30/8 Jeshua huppa Hezir Jaquín Joyarib Malchías
36 7/9 Sechânías Jesebeab Happitsets Gamul Jedaía Mijamín
37 14/9 Eliasib Bilga Pethakhia Dalaías Harim Koz
38 21/9 Jakim Immer Ezequiel Maazías Seorim Abías
39 28/9 Huppa Hezir Jaquín Joyarib Malchías Jeshua
40 4/10 Jesebeab Happitsets Gamul Jedaía Mijamín Sechânías
41 11/10 Bilga Pethakhia Dalaías Harim Koz Eliasib
42 18/10 Immer Ezequiel Maazías Seorim Abías Jakim
43 25/10 Hezir Jaquín Joyarib Malchías Jeshua Huppa
44 2/11 Happitsets gamul Jedaía Mijamín Sechânías Jesebeab
45 9/11 Pethakhia Dalaías Harim Koz Eliasib Bilga
46 16/11 Ezequiel Maazías Seorim Abías Jakim Immer
47 23/11 Jaquín Joyarib Malchías Jeshua Huppa Hezir
48 30/11 Gamul Jedaía Mijamín Sechânías Jesebeab Happitsets
49 7/12 Dalaías Harim Koz Eliasib Bilga Pethakhia
50 14/12 Maazías Seorim Abías Jakim Immer Ezequiel
51 21/12 Joyarib Malchías Jeshua huppa Hezir Jaquín
52 28/12 Jedaía Mijamín Sechânías Jesebeab Happitsets Gamul

 

¿Cómo llegan estos católicos a que el turno de Zacarías (de la clase de Abías) era el segundo y no el primero? ¿Cómo saben que el turno en el primer siglo, del supuesto año que nació Jesús, habría correspondido con el primer año de ese calendario esenio, y no con un orden distinto? ¡Magia! El católico de turno que empleó este argumento por vez primera y que otros copiaron quería cuadrar la fecha del nacimiento con lo que afirma el autor de Lucas y el turno de ese año en ese calendario, lo hicieron porque simplemente les venía mejor. Y esto es así pues en la Biblia no se especifica en qué época del año comenzó el ciclo, ni cómo se gestionaron los turnos durante las semanas del año no cubiertas por las 48 semanas del doble ciclo de las clases sacerdotales.

Luego de estos problemas y cuestiones sin resolver llega el principal ¿Fue un ciclo ininterrumpido, seminterrumpido o interrumpido? Suponiendo un ciclo interrumpido basado en Esdras 2:2-6 que describe la reanudación de la adoración en el segundo templo (reconstruido alrededor del 538 a.e.c), es probable que el ciclo de clases comenzara cada año en el séptimo mes, alrededor de septiembre-octubre (Tishrei). ¿Cómo era entonces el ciclo? Los católicos que pretenden usar el este argumento para defender la fecha tradicional han optado por el semiinterumpido (el esenio), que presenta los problemas que he explicado anteriormente. Pero ¿qué pasaría si eligiéramos cualquiera de los otros dos planteables (interrumpido o ininterrumpido)?

  • Si elegimos el Ciclo interrumpido: este comienza en Tishrei. En este caso, el turno de Zacarías caería en la octava semana siguiente (alrededor de mediados de noviembre). Si le sumas los 6 meses hasta el nacimiento de Juan y luego llegas al 9º hasta el nacimiento de Jesús, el nacimiento de Jesús se habría producido a mediados de febrero.

 

  • Si elegimos el Ciclo ininterrumpido: desde la fundación del segundo templo la rotación cíclica de las clases habría sido continua, con un cambio continuo de un año a otro. Para conocer el período del año ocupado por la clase de Abia es necesario optar por un año específico relacionado con el nacimiento de Jesús y, por lo tanto, de Juan el Bautista. Pero en este punto los eruditos tampoco se ponen de acuerdo:
    – Por un lado H. Browne (Ordo saeclorum, London, p. 33 1844) parte de Guerras judías VI 220-270 (Mishna 3,298,3) cuando ahí se afirma que en el momento de la destrucción del templo (9 Av: 4 de agosto del año 70) la clase de Joarib estaba de servicio (el primero del ciclo) y opta por el anuncio a Zacarías en la semana entre el 27 de septiembre y el 5 de octubre del 6 e.c., que considera compatible con la información de Juan Crisóstomo (347 – 407) en su Homilia sobre la Natividad, cuando lo ubica en el 10 Tishrei (en Iom Kipur, cuando Zacarías no estaba el sumo sacerdote entra solo en el Sancta Santorum) y deriva el nacimiento de Jesús alrededor del 8 de diciembre del 5 a.e.c.
    – Mientras que por otro T. Lewin (Fasti sacri, London, p. 29. 1865), basándose en los mismos datos, opta por el anuncio a Zacarías a finales del 7 de mayo a.e.c. y por el nacimiento de Jesús a principios del 6 de agosto.

 

Cual era el año del supuesto nacimiento del Jesús notestamentario, además, ni se pensó entonces. Como veremos más adelante, el día no se eligió hasta mediados del siglo IV y el año del nacimiento (Anno Domini) se calculó cinco siglos después: cuando un papa (Hormisdas) le pidió a un monje que también era matemático llamado Dionisio el exiguo que le calculara la fecha de la Pascua y tras realizar los cálculos a este le salió en qué año nació su mesías: a este le salió como resultado que nació 525 años atrás (en el año 753 a.u.c.).  Además de equivocarse con las fechas y de no contar con el cero, Dionisio se basó para sus cálculos en el calendario lunisolar.

Alguno no entenderá esto así que se lo explico: el año que los católicos usan para el nacimiento de su mesías se calculó siglos a posteriori y mediante fallos ya reconocidos. Y dado que no puede saberse exactamente el año exacto por las incoherencias patentes en su fuente principal (los evangelios) resulta imposible saber en qué turno habría estado la clase sacerdotal de Abías en el texto de Lucas. Lo que los católicos que escribieron los artículos mencionando el calendario esenio hicieron se resume en una falacia de francotirador. No les venía bien de nuevo el judaísmo así que, muy oportunamente, al descubrirse otro calendario de cabeza que se fueron hacia él. Con el agravante, además, de que escogieron el turno de dicho calendario que mejor les venía.

Unas ovejas a la carta

¿Cómo explicar que en Lucas (2:8) su autor mencionara que había pastores? La mayoría de católicos que hicieron acopio de los artículos sobre el calendario de Qumran como excusa, cuando llegó el turno para justificarse ante la parte de Lucas donde se habla de pastores, lo hacen citando a otro católico.

Michele Loconsole, un periodista que se declara católico, ensayista y profesor de religión católica italiano en su libro Quando è nato Gesù?, quien también usa como argumento el calendario esenio en dicho libro, afirmó haber encontrado la respuesta a tal incoherencia alegando que se les daba un trato a las ovejas dependiendo de si eran «puras» o no. En palabras de Loconsole:

…en el judaísmo todo está sujeto a las normas de pureza. Según muchos tratados judíos antiguos, los judíos distinguen tres tipos de rebaños.

El primero, que consiste solo en ovejas de lana blanca: consideradas puras, pueden regresar, después de los pastos, al redil del centro habitado.

Un segundo grupo, por otro lado, está compuesto por ovejas cuya lana es en parte blanca, en parte negra: estas ovejas pueden ingresar al redil por la noche, pero el lugar de refugio necesariamente debe estar fuera del centro habitado.

Finalmente, un tercer grupo está compuesto por ovejas cuya lana es negra: estos animales, considerados impuros, no pueden ingresar a la ciudad ni al redil, incluso después del atardecer, por lo tanto, se ven obligados a permanecer al aire libre con sus pastores siempre. , día y noche, invierno y verano.

No olvidemos, entonces, que el texto del Evangelio informa que los pastores estaban de guardia: un hecho que parece comprensible solo si la noche es larga y fría, como las del invierno. Recuerdo que Belén se encuentra a 800 metros sobre el nivel del mar.

A la luz de estas consideraciones, podemos considerar el misterio resuelto: los pastores y los rebaños que conocieron los ángeles en esa noche sagrada en Belén pertenecen al tercer grupo, compuesto solo por ovejas negras. Presagiando, si queremos, de esa parte de la sociedad, compuesta de marginados, excluidos, abandonados y pecadores a quienes les encantará acercarse al predicador Jesús.

¿No son geniales los razonamientos circulares? Para confirmar la creencia en la interpretación de un evangelio y que algo en ese evangelio se produce en la fecha que queremos, inferimos por lo dicho en un evangelio, donde sólo se afirma que había pastores de noche con ovejas, que estas eran negras sin más datos que lo dicho en ese evangelio. Para Loconsole les preocupaban tanto el color de las ovejas en la Palestina del siglo I e.c. que incluso salían en invierno a pastorearlas si estas eran negras.

La mayoría de artículos que hablaban del tema (curiosamente la mayoría católicos) citaban a Loconsole como una fuente de referencia. Decidí acudir a ver qué decía el propio Loconsole, pero en los artículos en los que Loconsole hablaba de esto no mencionaba fuente alguna: simplemente afirmaba que había «muchos tratados judíos» que lo mencionaban. Pensé que tal vez en su libro sí las habría incluido así que me hice con un ejemplar de este. En él afirma, después de una pequeña introducción, lo mismo que en sus artículos e incluye como apoyo dos notas (la número 31 y 32):

Antes, sin embargo, parece necesario recordarme que en el judaísmo, la religión a la que se adhirieron los judíos de la época de Jesús, aún seguidos hoy por unos pocos millones de judíos, estaba sujeta a estrictas y obligatorias reglas de pureza. Las disposiciones más conocidas son las relacionadas con la comida: el procedimiento kascerut es famoso, lo que hace que las comidas judías sean «legales», pero hay muchas recetas rabínicas también indicadas para la celebración de ritos, para recitar oraciones, para la vida familiar normal. , laboral y social e incluso para la elección de la ropa, que incluso llega a verificar la calidad de la tela y la técnica de procesamiento relativa. Reglas, reglas y preceptos considerados vinculantes, tanto para la adoración como para la vida cotidiana, si realmente quieres ser más judío. Prescripciones aún más estrictas, y observadas por casi todos los judíos, especialmente en la antigüedad (31).

Y así, gracias al estudio del Talmud, la colección de comentarios rabínicos, de acuerdo con la autoridad en el judaísmo solo para el Tanák, la Biblia judía, aprendemos que se contemplan varios tipos de rebaños en el judaísmo (32). Según la imponente fuente judía, escrita entre los siglos II y VII dC, pero que contiene normas legales observadas desde la época de Moisés, los rebaños de ovejas se dividen en tres categorías específicas. El primero está compuesto por ovejas cuyo pelaje lanoso es blanco. Este grupo de ovejas, considerado puro, después del pasto, al atardecer, puede regresar al redil, que puede asignarse en el centro habitado o dentro de las murallas de la ciudad. La segunda categoría está compuesta por ovejas cuya lana es en parte blanca y en parte negra. Incluso estas ovejas pueden regresar a su redil en la noche, pero el lugar de hospitalización debe estar ubicado fuera del centro habitado, fuera de las murallas de la ciudad o, como sucede hoy, en los suburbios. Esta familia particular de ovejas no se considera completamente pura, especialmente por los judíos ortodoxos, pero al mismo tiempo ni siquiera es impura. Finalmente, una tercera categoría de ovejas está compuesta por ovejas cuya lana es completamente negra u oscura. Los judíos consideran que este tipo de oveja más rara es absolutamente inmunda, hasta el punto de que después del atardecer no puede ir al pueblo o al redil. Por lo tanto, este tipo particular de bandadas es forzado por las estrictas reglas rabínicas, permanecer al aire libre, obviamente en el campo, cerca del lugar del pasto, por supuesto con sus pastores que aseguran, especialmente de noche, su seguridad frente a depredadores o ladrones. Arreglo que obliga a pastores y rebaños, día y noche. en invierno y verano, permanecer al aire libre y en el hábito que permite encontrarse en Israel, en el pasado como hoy, en la noche y en el campo, rebaños de ovejas y a sus pastores».

Fuente: Quando è nato Gesù? Michele Loconle (pags. 81-83)

Después de esto, para apoyar su tesis, Loconsole afirma que en el Talmud se encuentran ciertas normas sobre la transumancia:

Para un mayor apoyo, ofrecemos una aclaración adicional, tomada recientemente por el Vaticano Andrea Tomielli, siempre deducida del Talmud, que se refiere a las normas sobre la trashumancia. Es bien sabido que los pastores mueven a sus animales a áreas más suaves cerca de los meses más fríos, donde es más fácil encontrar forraje para las bandadas. Los judíos, como ya hemos dicho, distinguen todo. Y en relación con las reglas sobre la trashumancia, enumeran los rebaños que regresan al redil todos los días (bayetót), las ovejas que regresan a él solo durante el período de invenía (para abastecerse de la comida diaria) y las ovejas que permanecen perennemente en los lugares de pastoreo, porque se encuentran cerca de zonas desérticas (midba-ríyói le olám), cuyo clima es obviamente más cálido. Belén se encuentra en una región particularmente fértil de Israel, incluso en invierno, cuyas lluvias de otoño permiten el crecimiento abundante de pastizales en el campo circundante. Ver rebaños de ovejas en Belén, incluso en invierno, es un hecho corriente. Permítanos, sin embargo, una última aclaración: Belén es un pueblo montañoso, por lo tanto, con un clima picante, pero esto no significa que la región circundante, en su mayoría desierta o plana, esté igualmente. Los pastores descritos por Lucas, debe recordarse, en esa santa noche de invierno estaban lejos de Belén; por lo tanto, presumiblemente, en uno de los muchos valles de la región que rodea el pequeño pueblo de Judea.

Fuente: Loconsole (ibid)

¿Qué fuentes cita Loconsole para apoyar tales afirmaciones?

En la referencia 31:

El Talmud, uno de los textos sagrados más importantes del judaísmo rabínico, en el tratado de Makkuth, 32b enumera 613 preceptos (mitzvot), de los cuales 248 son obligatorios o positivos y 365 son prohibiciones o negativas.

Y en la 32:

Cfr. H.L. Strak – P. Billerbeck, Kommentar zum Neuen Testament aus Talmud und Midrasch, München 1922-1961, vol. II, p. 215; cfr. también Shabbat babilonese, 45b.

La fuente a la que apela Loconsole en la referencia Nº 31, señores, no le da razón alguna: entre las normas talmúdicas, y más concretamente entre las 613 leyes o mandamientos (Mitzvá) no se encontraba (ni se encuentra) que el ganado deba separarse por el color de su lana, ni mucho menos que la lana fuera más o menos impura por su color. De las normas que nos podemos encontrar sobre el ganado y la lana están, por ejemplo:

  • La 445: el precepto de no comer del segundo diezmo de los primerizos (un primogénito intachable) de vaca u oveja fuera de Jerusalem (sacada de Deuteronomio 12:17)
  • La 494: el precepto en el que se prohibe presentar como ofrenda un animal con una imperfección temporal (Deuteronomio 17:1)
  • La 508: el precepto del primer vellón de lana, que debe darse al kohén (sacada de Deuteronomio 18.4)
  • La 550: el precepto que prohíbe hacer que dos especies diferentes de animales (como un ternero y un asno) trabajen juntas en la misma actividad (sacada de Deuteronomio 22:10).
  • La 551: No vestir shaatnez (lana y lino juntos) (sacada de Deuteronomio 22:11).

Ya en su día publiqué una recopilación de los preceptos (que pueden ver aquí). También pueden consultar estos 613 preceptos en este enlace o en este otro. Es más, los pueden consultar en cualquier fuente talmúdica, que no encontrarán tal norma.

La siguiente fuente que Loconsole cita (la referencia Nº 32) para este caso es el Kommentar zum Neuen Testament aus Talmud und Midrasch de Herman L. Strak y Paul Billerbeck (pueden ver la obra también desde este enlace). Strak y Billerbeck intentaron justificar en esta obra las afirmaciones del NT con el Talmuud y la Midrasch. Loconsole usa dicha obra para sostener que se contemplan varios tipos de rebaños en el judaísmo (sic) y así sostener su argumento de la separación de rebaños por colores más o menos «impuros».

Strack y Billerbeck sí establecen distinciones entre un pasto y otro cuando mencionan el texto de Lucas 2:8, pero no sobre su impureza por color alguno sino entre qué es «pasto de establo» y qué «pasto libre» o «suelto», dejando claro también que el pasto de establo es el que permanecía en las ciudades y el suelto, que podía permanecer en invierno, era protegido en chozas y corrales durante la noche:

Se hizo una distinción entre ganado de establo y ganado suelto. Este último, durante la temporada buena, es decir, desde la Pascua hasta el comienzo de la lluvia de otoño, permanecía fuera de casa durante el día y la noche en los pastos. El ganado de establo también pastaba fuera de las aldeas durante el día, pero por la noche volvía regularmente a las granjas. Sin embargo, esta definición no fue universalmente reconocida. El rabino, por ejemplo, solo quería que el ganado suelto fuera considerado como un ganado que nunca regresara después al área local, sino que se mantuviera en los pastos en invierno y verano.  Además de eso, los rebaños estaban bajo el cuidado de pastores, que estaban en la noche para descansar. Para protegerse contra el mal tiempo, se construyeron chozas hechas de plantas de hoja caduca. Por la noche, los animales eran conducidos hacia el vallado o hacia corrales  para evitar a los ladrones y similares, y así proteger a los animales salvajes.

a. Beça5,7; Eso es ganado de establo (GE, St en alemán), el que se queda en la ciudad (Ortachaft); El ganado suelto (GS, Tr en alemán), el que se queda en el pasto. II TJomt 4,11 (206):  GS., es el que se expulsa en el momento Pascua y se vuelve a introducir en el momento de la lluvia; GE. es el que se queda en el distrito (en la localidad). El rabino dijo: Esto, como el que es expulsado del distrito, es GE., incluso si no es (diariamente) conducido de regreso al distrito.  El GS es el que siempre pasa la noche en el pasto. I | Schab 45b Bar: Esto es GS: Todo lo que se expulsa durante la Pascua y se introduce en el momento de la lluvia temprana. GE es todo lo que se expulsa de los pastizales fuera del distrito, pero (por la noche) regresa y pasa la noche en el distrito. Habbi dijo: Esto es así GE., Pero el GS es todo lo que pasta en el pasto y no es conducido de regreso a las áreas habitadas ni en verano ni en la estación lluviosa.

Loconsole mantiene que las ovejas «impuras» eran las que pastaban fuera, en invierno y de noche, pero podemos ver en las mismas fuentes que usa para declarar que se hacía distinción entre tipos de ganado, que ni se hacía distinción por el color, ni que el ganado que pastaba durante el invierno lo hiciera de noche. Solo imagínense a un pastor de esa época, de esa región y pregúntense qué necesidad tendría de no sólo pastar en invierno sino hacerlo además de noche.

¿Hace falta añadir además que el autor de Lucas no añade más detalle, ni geográfico, ni de ningún tipo sobre este relato? ¿cómo llegan los cristianos como Loconsole a las conclusiones que llegan?

Entre las normas de lo que era puro (taharah) e impuro (tumah) jamás ha constado el color de las ovejas en el judaísmo. * Las normas de pureza sólo obedecían a ciertos requisitos para luego ser consumidas u ofrecidas en sacrificio. Con respecto a esto otro cristiano, Stephen Douglas Wilson, intentó justificar el pasaje de Lucas sobre el pastoreo alegando como excusa que es posible que hubiera pastores cuidando ovejas para el sacrificio:

 De acuerdo con la Mishná judía (200 dC pero que también contiene tradiciones orales de larga data de épocas anteriores), los animales en las cercanías de Belén (específicamente Migdal Eder – «Torre del rebaño») podrían ofrecerse para sacrificios en el templo (Shekalim 7: 4) .

Según Eusebio, un líder cristiano palestino del siglo IV en su trabajo, «Sobre los nombres de lugares en las Sagradas Escrituras» (Sección B, 196), Migdal Eder se encontraba a una milla romana al este de Belén (una milla romana de 1,000 pasos). está un poco por debajo de nuestra milla por 143 yardas).

Si los pastores de la cuenta de Lucas fueran aquellos que tenían rebaños potencialmente destinados al Templo en Migdal Eder, especialmente habrían sido receptivos al mensaje del ángel.

Tanto las ubicaciones geográficas de Belén como la cercana Migdal Eder se mencionan en la profecía del Mesías de Miqueas ( Miqueas 5: 2 y 4: 8 ). Con respecto a Migdal Eder, este lugar también está relacionado con la venida del Rey.

Si los pastores que atienden los rebaños para el Templo estacionado en Migdal Eder constituyen los pastores del relato de Lucas, entonces la anunciación a los pastores cumpliría ese aspecto de la profecía mesiánica.

¿No es genial? Un cristiano (en realidad esta excusa no sólo es utilizada por él, puede verse comentarios como los de Vicent), para justificar el texto alegando que había pastores y sin tener en cuenta que pastoreaban de noche, contradice sin quererlo y de forma totalmente inconsciente al cristiano anterior, Loconsole, cuando este último intenta justificar que sí había pastores de noche porque sus ovejas eran «impuras» por su color de lana.

Loconsole también añade en su nota Nº 32 el Shabbat babilonese, 45b. Pero en el tratado babilónico del Shabbat lo que se recoge es esto:

31. Manejando objetos muktze

Se debe procurar no manejar objetos muktze en Shabbat

Cuando R. Abba y R. Assi visitaron el hogar de R. Abba de Haifa, un candelabro conteniendo aceite cayó sobre el atuendo de R. Assi. Aun asi, no lo movió.

El tratado sólo hace referencia a los objetos «separados» o «apartados» (muktze,  מוקצה) que se prohíben tocar o usar durante el sábado (shabbat). De hecho entre las prohibiciones que se encuentran para el sabbath relacionadas con los tejidos no se encuentra nada relacionado con el color de la lana. Ya ni hablemos del pastotero según el color.

¿Se refería Loconsole a caso al Talmud babilónico con su referencia? El caso es que tampoco: con la referencia 45b podemos encontrar dos cosas: el tratado 45b (Niddah) a lo que hace referencia es a normas sexuales (pueden verlo tanto en este enlace como en este otro). Y un tratado 45b (Yoma) pero que no tiene nada que ver con el sabbath sino con el Iom Kipur, que hace referencia a cómo deben realizarse los sacrificios. Puede verse en este enlace.

Loconsole afirma haber encontrado fuentes (sus «según muchos tratados judíos«) para confirmar su distinción entre ovejas puras e impuras. Este sólo cita los que he añadido: el Talmud, que no contiene lo que él afirma, y la Mishná. La Mishná, como recalca D. Wilson, es el texto de leyes judías más antiguo que tiene el judaísmo y aunque fue escrito en el siglo III e.c. este recoge las tradiciones orales anteriores a dicho sigo. ¿Adivinan qué leyes sobre impurezas y pastoreo uno no puede encontrar?

Ya hemos podido comprobar que Loconsole no añade ni una sola fuente que valide sus afirmaciones. Sin embargo, no son pocas las webs cristianas que lo mencionan como fuente copiando, tal cual, sus declaraciones sobre ovejas negras y blancas.

Una oveja «impura», además, no podría haberse utilizado como sacrificio, al menos hasta ser purificada. Sí, se podía «purificar» un animal. ¿Por qué iban entonces a separar a las ovejas por su color como si fueran impuras si luego podían igualmente purificarse? Vale que las costumbres y creencias monoteístas judías sean ridículas, pero esta carece de sentido. Además de esto ¿Por qué iban a separar ovejas por su color para sacarlas a pastar si toda la lana era además un bien preciado? En la tradición judía las únicas prohibiciones que se contemplan relacionadas con la lana, como vimos, son las de mezclarla con otros tipos de tela, como por ejemplo el lino (la prohibición del kilayim).

El por qué invierno es una fecha desacertada para el pastoreo y que, como dije, no se pusieron de acuerdo es algo que no sólo recalcamos los «malvados ateos» sino los propios cristianos en sus comentarios.

Según Benson:

«Como no es probable», dice el Dr. Doddridge, «que expusieron sus rebaños al frío de las noches de invierno en ese clima, donde, como el Dr. Shaw ( Trav.,pag. 379) ha demostrado que eran tan poco saludables que se puede argumentar fuertemente por esta circunstancia que aquellos que se fijaron en diciembre para el nacimiento de Cristo se han equivocado en el momento de hacerlo ”. El nacimiento de Cristo se ha colocado en cada mes del año. Los egipcios lo colocaron en enero – Wagenseil, en febrero – Bochart, en marzo – algunos mencionados por Clemente de Alejandría, en abril – otros, en mayo – Epifanio habla de algunos que lo colocaron en junio – y otros que supusieron que fue en julio – Wagenseil, que no estaba seguro de febrero, lo arregló probablemente en agosto – Lightfoot, el 15 de septiembre – Scaliger, Casaubon y Calvisius, en octubre – otros, en noviembre. Pero la Iglesia latina, siendo infalible en el juicio y suprema en el poder, ha resuelto el asunto al declarar que nació el 25 de diciembre. Ver Labbæi Concil Fabricii, Bibliot. Antiq., Cap. 10.

Meyer explica esto:

f. Ποιμένες ] no οἱ ποιμένες . ἀγραυλοῦντες ] permanecer en los campos abiertos ; Plut. Números 4 ; Parten Erot xxix. 1, y el ποιμένες ἄγραυλοι ya en Homer, Il. xviii. 162. φυλάσσ . φυλακάς ] a menudo se unió también entre los escritores griegos; Plano. Phaedr. pag. 240 E; Xen Anab ii) 6. 10, y los pasajes en Kypke. Comp. שָׁמַו מִשְׁמָרו ̇ח , Números 1:53 , al. El plural se aplica a las diferentes estaciones de vigilancia. τῆς νυκτός ] no perteneciente a φυλακάς , pero: por la noche, definición de tiempo para ἀγραυλ . y φυλάσσ .

De acuerdo con esta declaración, Jesús no pudo haber nacido en diciembre, en medio de la temporada de lluvias (Robinson, Pal. II. P. 505 f.), Como lo ha sido desde el siglo IV con una probable participación en el festival. a los Natales solis invicti (ver Gieseler, Kirchengesch. I. 2, p. 287 f. ed. 4). Igual de poco pudo haber nacido el sexto día de enero, que en el Este se fijó incluso antes como la fiesta del nacimiento y el bautismo (aún otras veces se fijó como el día del nacimiento se puede ver en Clement Al. Strom. I. p. 339 f. Sylb.). Según los Rabbins, la salida de los rebaños tuvo lugar en marzo, y su llegada en noviembre (véase Lightfoot); y si esto se establece al menos como el curso habitual, ciertamente no está a favor de la hipótesis (Wieseler) de que Jesús nació en febrero (750).

Ellicott:

Se ha pensado que, suponiendo que las ovejas se plegaban comúnmente durante los meses de invierno, tienen un impacto adverso a la visión tradicional común que fija el 25 de diciembre como el día de la Natividad. En esa temporada, se ha instado, el clima era comúnmente demasiado incómodo para que los pastores y las ovejas pasaran la noche al aire libre, y había muy poca hierba para el pastoreo. En verano, por otro lado, la hierba en las colinas se quema rápidamente. La temporada en la que la hierba es más verde es justo antes de la Pascua ( Marcos 6:39 ; Juan 6:10); y, en general, esta parece ser la fecha más probable. La temporada tradicional, que no aparece como tal hasta el siglo IV, puede haber sido elegida por otras razones, posiblemente para desplazar a las antiguas Saturnales, que coincidieron con el solsticio de invierno. Es notable que los primeros himnos latinos relacionados con el festival de Navidad habitan en el nacimiento como la salida del sol de justicia en la oscuridad invernal del mundo.

Luego, entre ellos, tampoco se ponen de acuerdo de si estaban lejos (Barnes) o cerca del templo (Jamieson-Fausset-Brown). Lo cierto es que el autor de Lucas (un tipo que muestra un total desconocimiento por la cultura, historia y geografía judías) no especifica la localización donde se producen los hechos que narra. Después están quienes afirman que en invierno hay pastoreo pero omiten que en el relato este se produce de noche. Como hemos visto, el pastoreo en invierno no se habría hecho de noche, cuando además de escasez de pasto, de malas condiciones climatológicas, etc. había más peligro de que se produjeran robos o lo atacaran animales salvajes. Un pastor, cuya economía dependía de esto, no se arriesgaba a todo esto. Por más que cristianos como Loconsole así pretendan hacernos creer, lo normal tanto en la agricultura como en la ganadería es aprovechar las condiciones climáticas para sacar el pasto cuando estas son favorables. ¿Invierno y de noche, en el siglo primero? Ya el summun de los despropósitos argumentativos para justificar las afirmaciones del autor del evangelio de Lucas con respecto a esto es que, como no pueden ponerse de acuerdo en una simple fecha, deciden ponerse de acuerdo en justificarse alegando que esto (cuando nació su ídolo) no es importante.

Un censo a la carta

A lo largo del capítulo 2 del evangelio atribuido a Lucas nos encontramos con una serie de afirmaciones sobre un censo que no cuadran con lo que cuentan el resto de fuentes históricas.

En Lucas 2:1-2 se narra que este sucedió en invierno:

Lucas 2:1-2

1 Y aconteció en aquellos días que salió edicto de parte de Augusto César, que toda la tierra fuese empadronada.

Este empadronamiento primero fué hecho siendo Cirenio gobernador de la Siria.

Para empezar, tal y como explicó en 2016 para la revista Semana el profesor de Historia Antigua de la Universidad de los Andes, Jaime Borja, y relacionado con el tema anterior sobre el pastoreo en invierno, los censos ya eran una medida impopular como para que además se realizaran en invierno. Si la pretensión es censar a una población esta no se hace en diciembre, cuando menos receptiva es gente que ya de por si no lo era a someterse a tal exigencia. El censo de Cirenio fue tan impopular que, de hecho, causó la revuelta de Judas el galileo que expone Josefo (Antigüedades de los judíos XVII, 1).

En aquellos días también hace referencia a que esto se hizo en la época de Herodes el Grande (muerto el 4 a.e.c.). Como ya expliqué, el único censo que se realizó fue en el año 6 d.e.c.  (Antigüedades de los judíos XVIII 1,1). En la tesis de Pedro Cañas Navarro se puede leer, sobre este asunto, que posiblemente se deba a un error de traducción griega:

Esta objeción, tiene una fácil explicación ya que proviene de un error de traducción: El texto griego del Evangelio de S. Lucas indica que Girino era ri7E|iove\)ovxo(; (hegemon) de Siria, ahora bien, de todos es conocido, que el término hegemon es un término genérico^2^ aplicable a un líder, un gobernador, a una autoridad subordinada al mismo…o incluso al propio Emperador. Este término fue traducido al término latino praeside, que presenta un significado mucho más estricto desde el punto de vista del derecho administrativo romano: gobernador de una provincia. De acuerdo con Dión Gasio 55.27.6., Cirino fue legatus augusti (término que un griego traduciría por hegemon) en Siria el año 5 a.G., siendo coetáneo pues de Herodes el Grande. A favor de esta interpretación se encuentra un texto de san Justino Mártir en su Apología 1.34. en donde indica que Cirino (Kyrenios) era procurador, no gobernador, de Siria. Por tanto es seguro que Jesús no nació en el año 1 de nuestra era sino con
anterioridad, sino como muy tarde el 4 a.C, posiblemente uno o dos años antes.

El autor del evangelio (que recordemos lo escribe a finales del siglo primero) cuenta durante su relato sobre ese supuesto nacimiento divino que en este censo se obligaba a la gente de todas partes a acudir a un lugar específico:

Lucas 2

E iban todos para ser empadronados, cada uno á su ciudad.

Y subió José de Galilea, de la ciudad de Nazaret, á Judea, á la ciudad de David, que se llama Bethlehem, por cuanto era de la casa y familia de David;

Para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.

Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días en que ella había de parir.

Para empezar con lo que se afirma en este párrafo, los impuestos romanos de Augusto se basaban principalmente en una contabilización de la propiedad: no en contabilizar «personas», tal y como sugiere el evangelio cuando su autor afirma que «iban todos para ser empadronados, cada uno á su ciudad» sino «patrimonio».  Y es que hay una diferencia entre un «censo de ciudadanos» y un «censo de población».

En la época de Augusto se realizan censos de población que abarcan a todas las provincias, si bien parece verosímil que dada la complicación de las operaciones censales no se desarrollaran simultáneamente en todas ellas. En cualquier caso es a partir de esta etapa cuando se deben separar nítidamente los censos de población de los censos de ciudadanos.

Fuente: Aspectos Jurídicos del Censo Romano – Pedro Cañas Navarro

El propio Flavio Josefo explica esto en Antigüedades:

Entretanto Quirino, un senador que ya había ejercido todas las magistraturas y que luego de pasar por todos los grados honrosos obtuvo el consulado, además de haber ejercido otras dignidades, llegó a Siria, enviado por César, para administrar justicia en esta provincia y hacer el censo de los bienes. Lo acompañaba Coponio, de la orden ecuestre, para que quedara al frente de los judíos con plenos poderes. Quirino pasó a Judea, que había sido anexada a Siria, para llevar a cabo el censo de los bienes y liquidar los de Arquelao. Aunque los judíos al principio no quisieron acceder a la declaración, luego, por consejo del pontífice Joazar, dejaron de oponerse. Aceptando las razones de Joazar, permitieron que se hiciera el censo de los bienes.

Fuente: Antiguedades III, Libro XVIII, Cap. 1

En el evangelio su autor ademas afirma que:

Y subió José de Galilea, de la ciudad de Nazaret, á Judea, á la ciudad de David, que se llama Bethlehem, por cuanto era de la casa y familia de David;

Para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.

A esto le acompañan dos cosas rematadamente absurdas (y que carece de respaldo alguno):

  1. Que debiera ir al lugar de origen de su familia. Los censos, señores, se realizaban para saber donde vivía cada persona, no donde había nacido o pertenecía la familia de origen.
  2. Que el censo estuviera dispuesto por los pertenecientes a una estirpe o tribu. El censado no habría tenido que ir a una región a censarse por que su linaje fuera de dicha región.

 

La excusa cristiana, ante tal cantidad de anacronismos, es que hubo varios censos. Estos, por supuesto, en su «interpretación» selectiva, se olvidan de que este fue según su propio evangelio «el primero». Luego otros confunden este con los consiguientes. Algo que le pasó ya en su época a Tertuliano. Esto también lo explica Cañas Navarro:

En los años 8-10 d.C. se realizó un censo de ciudadanos, parece ser que es a este censo al que se refiere Tertuliano en alguno de sus escritos con relación al nacimiento de Jesús, y que quizá pudo ser confundido con el realizado por Quirino en Judea del que se hablará posteriormente.

Fuente: Pedro Cañas Navarro (ibid)

También que el propio Flavio Josefo presenta, tanto en sus Antigüedades de los judíos (XVII 355; XVIII 1-2.26.102) como en su Guerra de los judíos (VII 253) que el censo de Cirenio era nuevo y sin precedentes. Los que afirman que hubo un censo antes, colocando a Cirenio en Siria (hacia el año 6 a.e.c.)  y gobernando junto con Saturnino o con Quintilio Varo se olvidan de otro problema: de ser así, el censo carecería de sentido alguno pues en esa época Judea no era parte de Siria.

Otra incoherencia es que no se conoce en Historia ningún «censo universal» ordenado por Augusto (ni ningún otro emperador). Antes de seguir con este punto y relacionado con este nuevo, para los que en mi anterior punto dijeran que el autor de Lucas no se refería al «primero» de Cirenio sino de Augusto, recordarles que Augusto realizó otro censo antes del mencionado:

Augusto realizó otro censo en el año 4 d.C, en el cual de acuerdo con Dión Casio no se obligó a los más pobres ni a los residentes en el «extranjero» a inscribirse, quizá por ello no aparece en la Res Gestae, no conociéndose los efectivos del mismo.

Fuente: Pedro Cañas Navarro (ibid)

Otra incoherencia en el relato es cuando se dice que José y una embarazada María se fueron a Belén para un supuesto censo romano y se olvidan de que Galilea (a diferencia de Judea) no era una provincia romana. No había ninguna razón para hacer el viaje. Pero es que, como dije antes, no habrían tenido que ir incluso si Galilea tuviera estado imperial: uno sólo tenía que censarse donde residía.

 

Los hechos

¿Por qué los historiadores, filólogos, etc. y los «malvados ateos» decimos que el 25 de diciembre fue elegido? Una razón muy simple, que tiene que ver con el sesgo de confirmación en católicos, está el no querer aceptar los fallos que han creído de su querida Iglesia Católica Apostólica Romana. Otra el pretender que su religión es «original» y no, como sucede con todas, el pastiche que es. Pero el cristianismo es una religión sincrética, y la elección de esta fecha (al igual que otras muchas cosas) lo demuestra.

El culto al Sol

El culto solar siempre ha sido una constante en la historia de la humanidad: la propia raíz de la palabra «Dios» proviene en su origen del indoeropeo dyeu que significa brillo o día. Y es fácil de entender a nivel antropológico el por qué: el día proporcionaba mayor seguridad que la noche o la oscuridad (cuya raíz indoeropea es skeu: esconder, cubrir o envolver) a los primeros homínidos ante los ataques de depredadores.

Debido a lo anterior, en todas las culturas siempre ha estado un rasgo común fruto de la observación: se veía que en nuestro mes de diciembre llegaba un punto en el que los días (las horas de Sol) empezaban de nuevo a alargarse, tras meses haciéndose más cortos a la par que las noches (y la oscuridad) se hacían más largas. A ese periodo que empezaba a finales de diciembre (a partir del 20) la humanidad lo hemos llamado Solsticio de invierno. Se le llamaba así, precisamente, porque en latín (sol y sístere) significa  (‘Sol’ y ‘permanecer quieto’).

Las Saturnales

A comienzos del siglo V a.e.c., (17 de diciembre del año 497 a.e.c.) en invierno y llegando al solsticio, cuando los agricultores acababan la faena, los romanos introdujeron una festividad en honor al dios de la agricultura, Saturno (padre además de otra deidad dedicada a la agricultura, Júpiter). Las fiestas, que se realizaban en el Templo de Saturno (un templo construido en el Foro y cuyos restos aún se pueden observar y visitar) se realizaban para pedirle al dios por la protección de la siembra durante el invierno. Eran unas fiestas que se popularizaron en seguida pues en ellas se proclamaba la igualdad para toda la sociedad, lo cual incluía a una mayoría social de estratos más bajos, como los esclavos (de hecho se la conocía como «la fiesta de los esclavos» por este motivo y porque en ella se propiciaba una costumbre de inversión de roles cuyos antecedentes provenían de Grecia en la que, a pesar de esto, se reconocía su situación y que esta fiesta tenía su límite *). Debido a esto lo que se celebraba un día acabó alargándose durante toda una semana (hasta el 23).

La festividad crecía a medida que el gobernante, para ganarse más popularidad, le iba añadiendo más días:

El primero en aumentarla fue Cayo Julio César (100-44 a.e.c.): este, quien además realizó su propio calendario (Juliano) en el año 46 a.e.c., cuando se lo encargó a Sosígenes (un astrónomo de Alejandría y conocedor del conocimiento egipcio sobre los ciclos solares) para realizar una reforma del calendario romano (el republicano). Pueden ver un artículo completo sobre la historia de los calendarios en este enlace. Hasta llegar a dicho calendario, la decisión de sumar o restar días y meses recaía en los pontifices máximos. Según cuenta Tito Livio, Casiodoro y el Fasti Praenestini, en el año 154 a.e.c. el comienzo del año se cambió (y con ello la nochevieja) por razones políticas y miliares: concretamente una batalla en Hispania fue la causante de que el comienzo del año pasara de los idus de marzo (15 de marzo) al 1 de enero.

Además de añadirle un mes con su nombre (Iulius) en honor al Cesar (Julio sustituyó al mes quintilis) y establecer los meses (que conservamos a pesar de la reforma en el gregoriano), se introdujo como día del solsticio de invierno el 25 de diciembre. El caesar también aumentó la saturnalia a dos jornadas (dos días). La saturnalia pasaba entonces a ser una festividad de 3 días.

Cayo Julio César Augusto Germánico, Calígula (12-41 e.c.), aficionado a las fiestas, al alcohol y a los sacrificios (se cuenta que durante su periodo se realizaron mas de 160.000) le añadió una jornada más, llamando a dicho día como el «día de la juventud».  La saturnalia pasaba ahora de 3 a 4 días.

«Mientras se alegra con sus vestidos de fiesta el caballero y el senador, señor de Roma; mientras a nuestro Júpiter sienta bien el birrete de liberto y el esclavo nacido en casa agitando el cubilete de los dados no teme la presencia del edil viendo tan de cerca el hielo de las fuentes, recibe las suertes alternas del rico y del pobre, que cada uno dé los regalos que le convenga a sus comensales; éstos son frivolidades, fruslerías y otras cosas si cabe, de mensos importancia. ¿Quién lo ignora o niega cosas tan claras’ ¿Pero qué haré con preferencia, Saturno, en los días de borrachera que en vez del cielo te consagró tu porpio hijo? ¿Quiénes que yo escriba sobre Tebas, sobre Troya o sobre la criminal Micenas?. Juego con nueces- me dirás. Yo no quiero perder las mías.»

Fuente: Marco Valerio Marcial (40-104). XIV, 1

Tito Flavio Domiciano (51-96 e.c.) la estableció a siete días.

Durante dicha fiesta, además del banquete público (lectisternium) las ciudades se llenaban de velas (era habitual regalarlas junto con un saquito con nueces) y antorchas que paseaban por las calles, las casas se decoraban con plantas, se realizaban bailes, se cantaba en coros y en ellas se repetía una versión antigua del «felices fiestas» o «feliz navidad», el «felices saturnales!» (Io saturnalia!). Además de esto, durante esta festividad se regalaban muñecos, se realizaban alguna bromas y se permitían los juegos de azar y las apuestas. ¿Les suena todo esto de algo?

“Que nadie tenga actividades públicas ni privadas durante las fiestas, salvo lo que se refiere a los juegos, las diversiones y el placer. Sólo los cocineros y los pasteleros pueden trabajar. Que todos tengan igualdad de derechos, los esclavos y los libres, los pobres y los ricos. No se permite a nadie enfadarse, estar de mal humor o hacer amenazas. No se permiten las auditorías de cuentas. A nadie se le permite inspeccionar o registrar la ropa durante los días de fiestas, ni practicar deportes, ni preparar discursos, ni hacer lecturas públicas, excepto si son chistosos y graciosos, que producen bromas y entretenimientos”

Fuente: Luciano de Samosata (125-181), descripción sobre las saturnales

Como todo lo relacionado con la religión, sea cual sea, el motivo de esta fiesta y sus ritos obedecía más bien a una serie de factores, además de la observación del día como el día en el que el Sol renacía: en invierno escaseaba el grano y demás cereales y los sacrificios respondían a la necesidad de alimentar al ganado. Sacrificándolos, además de proporcionarles alimentos que podrían en algunos casos conservar y pieles, estos no tendrían que alimentarlos durante los meses de ambruna siguientes a diciembre.

El Sol indiges

El culto al Sol, que probablemente tuviera su origen temprano ya en África y extendido por los pueblos del mar por todo el levante, fue asimilado por la cultura helena y más tarde por la cultura romana. En la cultura helena y más tarde en la romana, el culto al Sol estaba siempre presente y representado en la figura de varias deidades: la más común era Helios, pero también en la de los griegos Apolo y Dioniso. Esta deidad solar griega (Helios) con similitudes icónicas en deidades egipcias, se extendió por todo el levante. En el Tanaj los judíos tomaron, por ejemplo, a dicha deidad y a su iconografía helena para representar el mito del profeta «Helías» subido en un carro de fuego. En Roma el culto al Sol indiges ya fue introducido por Tito Tacio (¿?-745 a.c.) desde la fundación de esta (Augustini De Civitate Dei, IV. 23; Varro, De Lingua 5. 68).

Otro ejemplo de los extendido que estaba el culto solar y Helios se ejemplifica, cuando el imperio griego se extendió por Egipto, en la ciudad de Heliópolis (la «ciudad del Sol»). Cuando esta fue perdiendo importancia todos los objetos de culto pasaron a Alejandría. Tan importante era el culto a Helios que el hijo mayor de Cleopatra y Marco Antonio, nacido en Alejandría, recibiría dicho nombre (Alejandro Helios). Anterior y durante todo esto, en Rodas (Grecia) se había erigido un coloso de 33 metros de altura que representaba a dicha deidad. Esta estatua fue realizada por el discípulo del escultor que en Tarento había hecho una de 22 metros de Zeus (que tiene la misma raíz indoeropea que «dios» y «día»).

Publius Nigidius Figulus (c. 98 a.e.c. – 45 e.c), praetor y aficionado al esoterismo y concretamente a la astrología (como la egipcia), argumentó en su defensa de la importancia al culto al dios Jano (dios, entre otras cosas, de las transiciones y los comienzos – enero está dedicado a él: en inglés, de hecho, se conserva su nombre tomado del calendario juliano: January) y Jana sobre el resto de deidades del panteón ya que el primero debía considerarse como el Sol y la segunda como la Luna (Macrobius Saturnalia i. 9).

Dies natalis

Para entender por donde irán las cosas, debe saberse que los romanos celebraban cumpleaños a lo largo de todo el año. Entre los objetos de celebración en el imperio romano, el dies natalis (día de nacimiento) era una festividad usada para conmemorar el día de nacimiento tanto de lugares (su fundación) como de personas (incluidas las de sus mitos) entre otras cosas y en el cual se celebraban anualmente una serie de rituales religiosos acompañados en algunas ocasiones de sacrificios.

El Sol Invictus

El título de «invictus» ya era usado para varias deidades en el imperio romano durante la prehistoria y una precuela del culto al Sol del que hablaremos después y que dio origen a la fecha es el del Sol Indiges (Sol nativo), que contaba con varios templos repartidos por todo el imperio: uno de ellos situado en el monte Quirinal (una de las siete colinas que toma el nombre de una deidad en Roma) y donde se le ofrecían sacrificios anuales: uno de ellos, en diciembre (el día 11) y otro en el propio Circo Máximo (Anales 15, 74 -Tácito). Allí se conmemoraba además la victoria de Julio Cesar en la Batalla de Farsalia los 9 de agosto (Inst. De Quintil 1,7,12; De Spect. 8), incluidos en los fasti o calendarios (Fasti Amiternini, Fasti Vallensis, Fasti Maffeiani y Fasti Allifani), en los que también se nombraba como días festivos para el Sol Indiges un sacrificio para Sol y Luna el 28 de agosto.

Uno de los recursos que usan los cristianos para declarar que el día del nacimiento, y la festividad relacionada con él, surgió antes lo hace mencionando a Hipólito (170-235). Aproximadamente, en el año 205, Hipólito de Roma es el primero en proponer el 25 de diciembre:

«la primera venida de nuestro Señor, la que tuvo lugar en la carne, según la cual Él nació en Belen, tuvo lugar ocho días antes de las calendas de Enero (1 de Enero), el miércoles, el año 42 del reino de Augusto”

Fuente: Comentario sobre Daniel (IV,23,3)

Hipólito no lo hace para responder a cuando nació su mesías sino para defender su argumento contra aquellos cristianos que alegaban que la segunda venida de su Cristo se produciría en breve porque ya habían pasado 6000 años desde la creación: a saber, Hipólito defendía que Jesús apareció 5500 años después de la creación del mundo y que aún faltaban 500 años más:

«el octavo día de kalendas de enero, un miércoles, en el cuadragésimo segundo año del reinado de Augusto, cinco mil quinientos años después de Adán.

desde el nacimiento de Cristo, hay que contar quinientos años para llegar a los 6000, y entonces se producirá el fin».

Hipólito lo hace basándose en una serie de extraños cálculos numerológicos sobre la interpretación de las medidas del Arca en el Tanaj. No expone nada más sobre en qué se basa este romano para establecer esta fecha y los cristianos no parecieron hacerle mucho caso (como se puede ver en la tabla que expuse más arriba). Lo que sí se sabe es que el culto al Sol fue constante antes e incluso durante todo el ese periodo y que, casualmente, como ya expliqué antes, el 25 era una fecha señalada en Roma. En ese periodo (desde AEC hasta llegar a comienzos del siglo III EC) es cuando nos encontramos con que durante los tiempos del emperador Lucio Septimio Severo (146-211), a quien los cristianos, a posteriori, no dudan en endosarle una persecución hacia ellos, el culto hacia el Sol ya se había instaurado y asentado por todo el imperio.

Incluso en la propia Enciclopedia Católica se reconoce que «La Navidad no fue una de las primeras festividades de la Iglesia. Ireneo y Tertuliano lo omiten de sus listas de fiestas; Orígenes, criticando la Natalitia imperial, afirma (en Lev. Hom. Viii. Jacques-Paul Migne, en PG, XII, 495) que solo en las Escrituras los pecadores, y no los santos, celebran su cumpleaños; Arnobio (VII, 32 en PL, V, 1264) todavía puede ridiculizar los «cumpleaños de los dioses» (los Dies Natali).» El mismo Tertuliano que da una muestra y ejemplo claro de que el cristianismo y el paganismo se entremezclaba, cuando este critica al resto de cristianos que se sirven de la filosofía en De Praecriptione. Para los cristianos reacios y más radicales, los cristianos que mezclaban y practicaban festividades «paganas» (de pagus – populares o rurales) eran unos traidores y no practicaban la «verdadera fe». El mismo Hipólito que había establecido el mismo día del nacimiento como el día del solsticio y que había escrito una Refutación de todas las herejías en su obra Philosophumena (acusando a Orígenes de «hereje») también era considerado como un hereje por los cristianos del este (Pagans and Christians in the Mediterranean World from the Second Century AD to the Conversion of Constantine – Robin Lane Fox. 1986).

También durante este periodo y aprovechándose de la popularidad del culto al Sol, un emperador romano, Sexto Vario Avito Basiano (203-222), conocido como Elagabal (Heliogábalo), convirtió a su dios favorito y de la cual había sido sacerdote (un dios sirio conocido como El-Gabal)  en una deidad principal del imperio. Le dedicó un templo (el Elagabalium) en el Monte Palatino y renombró a este dios como el Deus Sol Invictus.

¿Se acuerdan del dies natalis? También durante este periodo Heliogabalo conmemora el nacimiento del Deus Sol Invictus con una festividad llamada Dies Natalis Solis Invicti. El predecesor de la «navidad» cristiana.

Fue en el año 221, en la obra Chronographiai, cuando Sexto Julio Africano (c. 160-240) popularizó el 25 de diciembre como la fecha del nacimiento de Jesús. Africano era un apologista del sincretismo cristiano-heleno cuya obra pretendía ser una cronología de la historia humana de desde la Creación hasta justamente Heliogábalo. Los cristianos parecen olvidar esto y que Africano tampoco detalla el día: este afirma en su obra que fue concebido el 25 de marzo y que, por tanto, María debería haberlo parido el 25 de diciembre. Propensos a olvidar, en su cálculo en el que una mujer pare con precisión a los 9 meses, también olvidan que este usa el calendario juliano (más tarde modificado en el s. XV por el gregoriano): el noveno mes después del Martius (que equivale a nuestro enero)  mencionado por Africano habría equivalido a un Decembris (que equivale a nuestro octubre). Pero supongamos que no sucede esto y supongamos además que Juliano habla del 25 de diciembre del calendario Juliano, olvidándonos además de otro dato que explicaremos más adelante con respecto al «año» de nacimiento de este mesías: la fecha de su nacimiento, tras la conversión, no habría dado el 25 de diciembre sino el 23, a lo muy tarde entre el 23 si fue bisiesto y 22 si no lo fue.

A lo largo de todo ese siglo III el culto al Sol no disminuyó, pero este tenía que convivir con otros cultos. Esto provocaba fricciones y aún más con los pueblos conquistados y con un incipiente mesianismo que no paraba de arremeter contra otros credos (sí, «cristianismo»: una latinización de «mesianismo» en griego). Como sucedió anteriormente en el judaísmo con Josías, a otro emperador se le ocurrió la genial idea de unificar credos y centralizar el culto justo después de conquistar el levante oriental: Lucio Domicio Aureliano (214-275). Aureliano tomó al Deus Sol Invictus (una deidad con culto en Siria) como deidad principal del panteón y centró el culto construyendo en el año 271 en el Campus Agrippae (Roma). En el año 272 este emprendió una serie de batallas en Palmira y Emesa (Siria – donde residía culto el Sol Invictus), ganadas por este en el año 273, tras la cual recibió el título de Restitutor Orientis («Restaurador del Este»). El año en que este además oficializó por vez primera el Dies Natalis Solis Invicti.

Entre sus medidas político-religiosas también estuvo el convertir a los sacerdotes de dicho culto como pontifex (pontífices) del collegium pontificum. Colocar a estos tenía su sentido ya que esta institución era la que controlaba la jurisprudencia de las festividades y del culto del imperio. El número de pontífices fue además ampliado en el año 300 mediante la Lex Ogulnia. Constatación de que el culto continuó tiempo después, hasta finales del siglo IV, la tenemos en  Vettius Agorius Praetextatus (ca. 315–384), sumo pontífice (pontifex Solis) y como prefecto pretoriano en la corte del emperador Valentiniano II (CIL VI, 1778).

Moneda del Emperador Probo, cerca de 280, con el Sol Invictus montando una cuadriga, y la leyenda SOLI INVICTO, «al sol invicto». El Emperador (izquierda) usa una corona solar (wikimedia)

Llegamos así a Flavio Valerio Aurelio Constantino (272-337) conocido como «el Grande». Que este fue educado en el culto a Sol es un hecho, que además se aprecia en sus acciones (La metamorfosis de Roma – Esteban Tollinchi. 1998). Desde finales del siglo III varios emperadores se disputaban el poder del imperio y Constantino era uno de ellos. Para esa época el reactivo culto cristiano, que no consentía más deidad que la suya, ya se había extendido entre el populacho levantino. La época de la que hablamos no era como la actual, con una separación entre religión y estado: la vida religiosa estaba imbuida en todos los aspectos de la vida romana y esta regulaba y era regulada por líderes político-religiosos. Los cristianos, para desgracia de dicho gobierno, no respetaban, ni seguían, ni toleraban el culto «pagano» (popular) en el imperio y viceversa. Basta ver las adversus que escribieron para constatar este hecho (que con el tiempo se acrecentó). Por este motivo, los gobernantes del imperio (por un lado los augusti Diocleciano y Maximiano y por otro los césares Galerio y Constancio) en el 303 emitieron una serie de edictos obligándolos a seguir el culto oficial. A pesar de esto, el culto solar, entre otros cultos paganos, ya había sido asimilado por los cristianos a lo largo de toda su historia.

Cristo representado como el Sol Invictus, el «Sol Espiritual», el «Logos Solar». Mosaico en el «Mausoleo M», Necrópolis vaticana, Roma. Finales del siglo III o principios del siglo IV, e.c. (wikimedia)

 

El número de apropiaciones culturales y asimilaciones con respecto al paganismo lo pueden ver en esta serie de artículos que ya publiqué hace tiempo.

Para entender qué sucedió basta con ver lo que ya expliqué en el artículo enlazado sobre las disputas:

 El 1 de mayo 305 e.c, Diocleciano abdicó, obligando a su co-Augusto, Maximiano, a hacer lo mismo. Constancio y Galerio se convirtieron en los nuevos Augusti , y dos nuevos césares fueron elegidos: Severus en el oeste y Maximino Daia – sobrino de Galerio – en el este.

Maximino Daia (Maximin) basó su corte en Cesarea, y gobernó Egipto, Siria y Asia Menor. Aunque estas fueron algunas de las provincias más ricas del imperio también presentaban a Maximino con el problema más polémico del imperio, los radicales judíos y cristianos.

En el 306 e.c. la gestión ordenada del imperio se vino abajo. El enfermizo Constancio murió. Severus se convirtió en Augusto , pero el ambicioso hijo de Constancio – Constantino – obligó a su aceptación como César desde su fortaleza en Trier. Luego otro descontento, Majencio , hijo de Maximiano, se proclamó Augusto en Roma.

Galerio, el monarca de alto nivel, convocó a una conferencia en Carnuntum a finales de 308 e.c. para resolver asuntos. Severus había caído en la batalla contra Majencio y Galerio designa a Licinio, otro colega del ejército, en su lugar. Pero Licinio decidió permanecer con sus tropas en los Balcanes en lugar de actuar contra Majencio en Italia.

Así, en los años inmediatamente anteriores a la «Batalla del Puente Milvio»5 príncipes paganos disputaban el dominio del mundo romano (orden de las imágenes del 5 al 1):

  1. en el oeste, Constantino en la Galia,
  2. Majencio en Italia,
  3. Licinio en los Balcanes,
  4. Galerio en Nicomedia,
  5. y Maximino en Cesarea.

El «problema cristiano» para la mayoría de ellos (como Galerio, Licinio y Maximino) supuso una oportunidad para los restantes (Majencio y Constantino), que buscaron el apoyo de estos. Majenció  los toleró y Constantino se autoproclamó incluso «protector» de ellos cuando el 25 de julio de 306, tras suceder a su padre, este les hizo una serie de promesas para ganarse su apoyo.  La idea de Constantino no era, como relataron los cristianos después de su muerte, apoyar al cristianismo por ser este también cristiano sino para probablemente ganarse su apoyo para combatir a sus opositores.

Nota curiosa: pese a la política de tolerancia de Majencio, este fue vilipendiado por el cristianismo durante siglos mientras que a Constantino se le declaró incluso «santo». Tal vez tuviera que ver en esto dos factores: Majencio toleró a los cristianos cuando alcanzó el poder en Roma en el 306 pero sus políticas eran también pro-paganas. Algo que no le dió buena imagen de cara a los cristianos. Constantino, sin embargo, realizó políticas activas a favor de estos y este ya había conocido al manipulador estrella del cristianismo (Eusebio de Cesárea) en el 296, durante su visita junto con Diocleciano a Palestina. Como costumbre del uso del lenguaje para realizar propaganda a su religión y a quienes les apoyan, los cristianos le apodaron «el Grande» (cosa que también hicieron después con Teodosio).

Maximino y Galerio (contrario a la sucesión de Constantino) siguieron una política infructuosa de represión de la que, tras ver los resultados, hizo que Licinio se retirara. Incluso Galerio, ya enfermo (castigo divino según los misericordiosos cristianos), se salió de ella tras ver que peligraba su sucesión y para sofocar el ambiente emitió un edicto el 30 de abril del año 311 en Nicodemia en el que ponía fin a la persecución. A los piadosos cristianos esto ya les daba igual.

En el año 311, Galerio murió. Licinio y Maximino dividieron el este a lo largo del Bósforo, con Maximino tomando posesión del corazón del imperio. Sus emisarios buscaron una alianza con Majencio en Italia. Al año siguiente, Constantino hizo su movimiento y derrotó a Majencio en el puente Milvio (28 de octubre de 312).

Ahora tres príncipes luchaban por la supremacía: Maximino, Licinio y Constantino.

Mientras que Maximino adoptó medidas políticas en base a nombramientos para conseguir más poder….

el astuto Constantino forjó una alianza con Licinio para dividir el mundo. En Mediolanum, Constantino se casó con la hermana de su antiguo rival y juntos promulgaron el llamado ‘Edicto de Milán’ en el año 313, concediendo a los cristianos (y a otros) la libertad de religión. Una política destinada a provocar una mayor dificultad a Maximino. Este, enfurecido, se vió forzado a marchar con sus tropas a través de Asia Menor, en las profundidades del invierno, para tomar Bizancio en un asedio.

El contraataque de Licinio con sus nuevas tropas derrotó a las exhaustas tropas de Maximino, y este huyó de regreso a Tarso. Este enfermó y murió – para el júbilo de los obispos cristianos. El triunfo de Licinio fue de corta duración. Después de haber eliminado el enemigo más implacable de Constantino, Constantino le devolvió el favor mediante la destrucción de su ejército y la ejecución de su no amado cuñado. Así fue como un monarca eminentemente calificado como «cristiano» surgió como el amo del mundo.

Con un emperador más favorable a los líderes cristianos de Roma (muy dedicados al populismo y la demagogia) y gracias a una simbiosis que les permitía controlar mejor a las masas, Constantino empezó sus reformas religiosas. Unas reformas que, como sucedió con Heliogábalo y Aureliano, pretendían apaciguar a ambas partes.

Nota: no de los argumentos para hacer de Constantino un cristiano fue la promulgación del Edicto de Milan. Por si no lo han leído bien, este edicto no solo daba libertad al cristianismo. Se la daba a todas las religiones.
Moneda de Constantino con una representación del Sol Invictus y la inscripción SOLI INVICTO COMITI, c. 315 (wikimedia)

 

Domingo, día de decanso

Criado en el mitraismo y en el culto solar, lo primero que hace Constantino el 7 de marzo de 321 es decretar el dies Solis (el domingo), cuyo nombre romano se conserva en inglés (Sun Day), como el día del descanso:

«En el venerable día del sol se dejará a los magistrados y al pueblo de las ciudades descansar y se cerrarán todos los talleres. En el campo las personas ligadas a la agricultura podrán voluntaria y legítimamente continuar sus labores, pues con frecuencia sucede que el día siguiente no es el adecuado para sembrar o plantar viñas, pues se teme que por dejar pasar el momento propicio para tales operaciones se perderá el favor del cielo.»
Fuente: Codex Justinianus, III, 12, 2.

Los cristianos no podían ni verse entre sí. La mayoría estaba dividida en varias sectas que desde sus inicios habían disputado cada una de ellas conflictos absurdos sobre cómo interpretar los evangelios e incluso unos a otros. Por este motivo, para apaciguar a estos radicales, Constantino primero convocó un concilio en Arles en el año 313 y luego un concilio en Nicea el 25 de julio de 325.

Los cristianos que defienden la fecha del 25 de diciembre alegan que esta ya era celebrada en la Iglesia de Alejandría (esa zona donde, como he mostrado anteriormente, el culto al Sol estaba tan imbuido) ya en el año 200 e.c.. Sin embargo, ni los cristianos alejandrinos se ponían de acuerdo y estos acabaron con varias celebraciones, ninguna con la fecha 25 de diciembre.

Es incluso según la Enciclopedia Católica de 1913 (pueden ver una traducción en este enlace) donde se cuenta que Clemente de Alejandría (Strom., I, XXI en P.G., VIII, 888) dice que ciertos teólogos egipcios «de manera bastante curiosa» indican, no sólo el año, sino también el día del nacimiento de Cristo, colocándolo el 25 de Pachon (20 de mayo), del vigésimo octavo año del reinado de Augusto y que los basilianos celebraban la Epifanía, y, probablemente junto con esta fiesta, el Nacimiento de Cristo, el 15 ó 11 de Tybi (10 ó 6 de enero); que muchos códices (por ejemplo el Codex Bezæ) erradamente ponen que las Divinas palabras fueron sou ei ho houios mou ho agapetos, ego semeron gegenneka se (Tu eres mi Hijo Amado, yo te he engendrado hoy) en lugar de en soi eudokesa (en quien me complazco), leído en Lucas 3:22; Y que, además de esto, ni si quiera el propio Clemente da esa fecha: en su obra «De paschæ computus», escrita en el 243 y falsamente atribuida a Cipriano (P.L., IV, 963 ss.), da como fecha  el 28 de marzo, fecha en la que el sol material se creó.

Todas las referencias cristianas anteriores no mencionan, pese a los alegatos posteriores, que el dies Dominica (día del Señor) fuera el día de descanso hasta llegado este decreto. Para los cristianos la celebración de este día simplemente consistía en una reunión donde se realizaba el ritual de partir el pan, tal y como se especificaba en Hechos 20:7-12 y recoger limosnas, tal y como se especificaba en 1 Corintios 16:2  (Didaché 14, 1-3; Carta a los magnesios 9, 1 – Ignacio de Antioquía; Apología, 1, 69 – Justino). Ni Orígenes (s. III), en su defensa de su cristianismo, ni Pedro de Alejandría (s. IV) afirman que el domingo fuera el día del descanso sino simplemente un día que debía permanecer como celebración. El dies Dominica, hasta entonces, para los cristianos era el primer día de la semana y el sábado seguía siendo el día del descanso. El sábado era el día en el que tradicionalmente, basándose en las escrituras veterotestamentarias, estaba prohibido realizar cualquier tipo de trabajo y los cristianos lo habían mantenido hasta el decreto promulgado por su «gran» emperador.

Muere Constantino el 22 de mayo de 337 y tiempo le faltó a Eusebio para escribirle un panegírico llamado Vita Constantini en el que afirmaba que este se había convertido al cristianismo durante la batalla del puente Milvio aplicando a la vida de este la fórmula clásica de las «revelaciones» (según Eusebio, un Constantino – criado en el culto solar y en el mitraismo- había tenido una «visión»: cuando se produce la cita famosa del In hoc signo vinces y en la que se le aparece el Cristo para decirle que usara un signo ya anterior, el crismón – así, con un juego de palabras, es como Eusebio se apoderó de dicho símbolo romano – chi-rho ☧ –  para beneficio de su religión). Una obra más apologética que biográfica y de dudosa credibilidad que quedó incompleta pues Eusebio murió en mayo del 339.

Lactancio (245-325) de hecho contradice a Eusebio cuando dice que no fue una visión sino un sueño anterior en una obra escrita en el año 315 en la que aprovecha para mofarse e insultar a quienes habían perdido contra Constantino llamada De mortibus persecutorum (del mismo estilo «misericordioso» típico en el cristianismo que su otra obra titulada «la ira de Dios» – De ira Dei). Esebio además cita en dicha obra que Constantino atribuye el triunfo en la Batalla del Puente Milvio a su devoción cristiana.

Por tanto admitió, que solamente había que honrar al dios de su padre.

Entonces empezó a invocarlo en sus oraciones, suplicando e impetrando que se le manifestara quién era Él, y que le extendiera su diestra en las circunstancias presentes. Mientras esto imploraba e instaba perseverante en sus ruegos, se le aparece un signo divino del todo maravillos, al que no sería fácil dar crédito, si fuera quizá otro el que lo contara, pero si es el emperador victorioso el que, mucho tiempo después, cuando fuimos honrados con su conocimiento y trato, nos lo comunica, ratificando mediante juramento la noticia, a nosotros que estamos redactando este relato, quién podría dudar como para no fiarse de lo que referimos, en especial cuando los mismos hechos posteriores establecieron con su testimonio la verdad de lo narrado. En las horas meridianas del sol, cuando ya el día comienza a declinar, dijo que vio con sus propios ojos, en pleno cielo, superpuesto ai sol, un trofeo en forma de cruz, construido a base de luz y al que estaba unido una inscripción que rezaba: con éste vence. El pasmo por la visión lo sobrecogió a él y a todo el ejército, que lo acompañaba en el curso de una marcha y que fue espectador del portento. Y decía que para sus adentros se preguntaba desconcertado qué podría ser la aparición. En esas cavilaciones estaba, embargado por la reflexión, cuando le sorprende la llegada de la noche. En sueños vio a Cristo, hijo de Dios, con el signo que apareció en el cielo y le ordenó que, una vez se fabricara una imitación del signo observado en el cielo, se sirviera de él como de un bastión en las batallas contra los enemigos. Levantándose nada más despuntar el alba, comunica a sus amigos el arcano. A continuación, tras haber convocado a artesanos en el oro y las piedras preciosas, se sienta en medio de ellos y les hace comprender la figura del signo que ordena reproducir en oro y piedras preciosas. En cierta ocasión, el mismo emperador, y eso por especial favor de Dios, nos deparó el honor de que lo contempláramos con nuestros ojos.

Se elaboró de la siguiente forma: Una larga asta revestida i de oro disponía de un largo brazo transversal colocado a modo de cruz; arriba, en la cima de todo, se apoyaba sólidamente entretejida a base de preciosas gemas y oro una corona, sobre la cual dos letras indicando el nombre de Cristo connotaban el símbolo de la salvífica fórmula por medio de los dos primeros caracteres: la rho formando una ji hacia el medio. Más tarde tomó el emperador la costumbre ¡ de llevarlo en el yelmo. Del brazo horizontal, que estaba atravesado al asta, colgaba suspendida una tela, un paño de categoría regia, cubierto con una variada gama de piedras preciosas cosidas que despedían haces de luz, todo recamado en oro, y que ofrecía a los que lo veían un espectáculo de indescriptible belleza. Este paño fijado ai brazo horizontal tenía simétricas dimensiones a lo largo y a lo ancho. El asta perpendicular, que desde la base cobraba una gran largura hasta lo alto, debajo del trofeo de la cruz junto a los mismos bordes del <abigarrado> paño, llevaba elevada la áurea efigie hasta el pecho del emperador, y la de sus hijos. El 3 emperador se sirvió ininterrumpidamente de este salvífico signo como salvaguarda de cualquier potencia hostil que se le opusiera, y ordenó que objetos similares a ése fueran puestos al frente de sus ejércitos.

Mas fue esto un poco más tarde. En la circunstancia antes descrita, estupefacto por la extraordinaria visión y reconociendo como bueno no reverenciar otro dios que el que había visto, convocó a los iniciados en sus doctrinas y les preguntaba quién era <ese> dios y cuál era el sentido del signo que se dejó ver en la visión. Le dijeron que se trataba : del Dios hijo unigénito del único y sólo Dios, y que la señal aparecida era símbolo de la inmortalidad y constituía un trofeo de la victoria sobre la muerte, una victoria que Él se ganó cuando otrora vino a la tierra, y le dieron a conocer los motivos de aquella venida, haciéndole una detallada exposición de la economía divina. Él, por su parte, se instruía con aquellas exposiciones, haciendo presa de él el estupor por la teofanía que se le ofrecía ante sus ojos, y cuando comparaba la visión celeste con la interpretación que de la doctrina le explicaban, se reafirmaba en su propósito, convencido de que el conocimiento de aquellos asuntos había ocurrido mediante el directo magisterio de Dios.

Fuente: Eusebio, en el enlace anterior a Vita Constantini (pag 170-173)

Pese a todas las invenciones de Eusebio, en el Arco de Triunfo de Constantino para conmemorar su victoria no hay ni una sola referencia a Cristo mientras que sí se pueden encontrar referencias claras al Sol Invictus. La historia de Eusebio parece más bien su propia adaptación para acercar el cristianismo (el suyo) como parte del Estado copiando la historia que el propio Constantino explicó públicamente décadas atrás: este afirmó haber visto una aparición del Sol Invictus junto a la diosa Victoria. El relato aparece en una parte de un documento conocido como el Panegyrici Latini cuyo relato se escribió sobre el 310 e.c. (véase el texto en latínleer traducción de J. G. Sang), veintisiete años antes de que Eusebio escribiera su versión de la historia. Ni si quiera la evidencia acompaña a Eusebio cuando este dice que Constantino se convirtió en el 312, cuando Eusebio afirma que tuvo esa visión. La evidencia no acompaña a los religiosos y Eusebio no era la excepción: en el 315 Constantino aparece coronado por la diosa Victoria y en el 320 aparece coronado por el Sol Invictus, justo tal y como se relata en el Panegyrici.

No es hasta que Constantino introduce como festividad del imperio el «día del Sol» que los cristianos empiezan a reconsiderar ese día como día de descanso. Jerónimo de Estridón llega incluso a decir esto:

Los paganos lo llaman día del Sol, y debemos reconocerlo como tal con la mejor voluntad, puesto que en ese día aparició la luz del mundo y en ese día amaneció el Sol de Justicia

Fuente: Código de Justiniano III, 12, 2

Ni si quiera la numismática nos muestra lo que alega Eusebio: como ya he mostrado, desde antes y después de su conquista, Constantino siguió emitiendo monedas «paganas» con el Sol Invicto. La primera moneda cristiana (nombrada como «dos soldados»), que responde más bien a intereses políticos, se acuñó en el año 335. Constantino no aparece portando un símbolo claramente cristiano hasta que es acuñado por sus hijos Constante (337-350 e.c.) y Constancio II (337-361 e.c.), pero esto se hizo además a la par que se acuñaban monedas «paganas» – lo que significa que la conversión del imperio aún no se había producido. En muchas webs cristianas, partiendo de las alegaciones de Eusebio, se menciona que la primera moneda acuñada con un símbolo cristiano ya apareció en el 337 con la inscripción SPES PVBLICA (ver imagen abajo). De hecho se mantiene un debate sobre si el simbolismo de esta moneada es antipagano o no.

El problema, como dije, es que el mundo grecoromano llevaba acuñando monedas con el chi-rho ☧ desde tiempos de Ptolomeo III y ya eran comunes durante la época constantiniana.

Navidad y el día de descanso

Navidad (nativitas – nacimiento), al igual que nātālis, es una palabra que proviene en su origen, como ya he mostrado, de la palabra latina nasci (gnasci proviene del indoperopeo gen). Como resumen, de la costumbre romana de celebrar los dies natalis y de la festividad romana Dies Natalis Solis Invicti para conmemorar el solsticio de invierno, y como asimilación de las festividades saturnales, nace la «navidad».

La primera vez que esta se celebra el 25 de diciembre (Decembris se llama así precisamente porque era el décimo mes de dicho calendario, aunque no conrrespondería según la época) como celebración del solsticio de invierno provenía del Calendario Juliano en el año 46 a.e.c. (708 AUC).

El obispo de Roma Julio I (del 337 al 352) pidió en el año 350 que el nacimiento de Cristo fuera celebrado el 25 de diciembre, lo cual fue decretado por el obispo romano Liberio (del 352 al 366) en el año 354. En ese mismo año, de hecho, el cristiano que luego fuera grabador de Damasio I (obispo de Roma desde el 366 hasta su muerte en el 384), Furio Dionisio Filócalo, fue el primero en escribir en un calendario dedicado a un cristiano llamado Valentiniano, además de las festividades romanas, la festividad de la navidad. En ese año 354 es además cuando los cristianos hacen por vez primera referencia al «Sol Invictus»: estos mencionan en el Crónógrafo del 354 (el Calendario de Filócalo donde los cristianos de occidente se aseguraron un pedigrí hasta Pedro con una lista de sus obispos en el Catálogo Liberiano – véase aquí y aquí) el texto «N INVICTI CM XXX» en referencia al Sol Invictus a través del Natalis Invicti. La N significa «natividad», INVICTI hace referencia a los «no vencidos» o «no conquistados», CM significa «circenses missus» o «juegos ordenados» y XXX es el número romano 30: «Cumpleaños de los invictos, juegos ordenados, treinta carreras».

Nota: papa no era un título exclusivo para designar a un único líder sino un término que provenía del griego πάππας (páppas), cuyo significado era «padre», usado para referirse a cualquier «vigilante» o «inspector» de cada comunidad cristiana (episcopus; en griego ἐπίσκοπος). Muy parecido su uso a como cuando hoy día la gente llama «padre» a sacerdotes basándose en la autoridad que estos despiertan. El primero en usar este término como algo exclusivo, ni la iglesia romana la única y principal u original: el título de «sede apostólica» se lo dio Damasio I y la lista de sucesión se tomó de dicho Cronógrafo (dentro de él, en el Catálogo Liberiano). Mediante la estrategia de considerar sólo a los obispos de Roma incluidos en ese listado como sucesores directos de Jesús, a través de un párrafo muy conveniente en el que interpretaron que Pedro era su sucesor, además de ganándose el apoyo popular mediante el populismo, la mentira (y falsificación) y tomando como medidas el apoyo a ciertos emperadores favorables, es como se aseguraron la supremacía y control sobre ese mesianismo y sobre el imperio.

Cirilo declara que su clero no puede realizarse en la misma fecha de la fiesta del Nacimiento y Bautismo, una procesión a Belén y Jordania (esta posterior práctica es un anacronismo). Entonces le pide a Julio que le asigne a la Navidad, su verdadera fecha «tomándola de los documentos del censo traídos por Tito a Roma»; Julio asigna como fecha el 25 de diciembre.

Otro documento (Cotelier, Patr. Apost., I, 316, ed. 1724) dice que Julio le escribió a Juvenal de Jerusalén (c. 425-458), informándole que Gregorio Nacianceno, en Constantinopla, estaba siendo criticado por «dividir la fiesta en dos». Julio murió en el año 352 y aún en el año 385 Cirilo no había introducido cambio alguno; de hecho, Jerónimo, escribiendo aproximadamente en el año 411 (en Ezeq., P.L., XXV, 18), reprocha a Palestina el hecho de celebrar el nacimiento de Jesús (cuando él se ocultaba) en el día de la fiesta de la Manifestación.

Cosme Indicopleustes sugiere que, incluso a mediados del siglo sexto, Jerusalén se distinguía por combinar las dos conmemoraciones, arguyendo que en Lucas 3:23, el día del bautismo de Cristo se realizó el día de Su cumpleaños (P.G., LXXXVIII, 197). Sin embargo, la conmemoración en Jerusalén de David y del Apóstol Santiago se realizaba el día 25 de diciembre, hecho que muestra que esta fiesta no era celebrada en este día. Usener, tomando argumentos del «Laudatio S. Stephani» de Basilio de Seleucia (c. 430. —P.G., LXXXV, 469), piensa que Juvenal intentó introducir esta fiesta, pero que la fama del nombre de Cirilo hizo que la fecha se mantuviera sin variación.

Es un emperador, Flavio Teodosio, con no pocas ínfulas (se hacia llamar Divus Theodosius) quien, fiel al código niceno y al cristianismo que partió de este, después de intentar ganarse en un principio el apoyo pagano, cambia radicalmente de parecer y empieza una serie de políticas persiguiendo al paganismo y a los cristianos no acordes con dicho credo niceno (como los arrianos), declarando al cristianismo niceno como la religión oficial del Estado el 27 de febrero de 380 y tres años después, el 3 de noviembre de 383, que el «día del Sol» (dies Solis) sería el día de descanso del cristianismo (Codex Tehodosianus Libro 11. 7.13) y que el día de navidad correspondería con ese día (Codex Theodosianus Libro 15. 5.5).

Según, repito, la propia enciclopedia católica, Abrahán Ecchelensis (Labbe, II, 402) cita en las Constituciones de la Iglesia de Alejandría de tiempos de Nicea la frase: dies Nativitatis et Epiphaniæ; Epifanio (Hær., li, ed. Dindorf, 1860, II, 483). Cita una sorprendente ceremonia semi-gnóstica en Alejandría en la que, en la noche del 5-6 de enero, una extraña cruz con la imagen de Kore estampada en ella era llevada en procesión alrededor de una cripta, mientras se entonaba el canto: «Hoy, a esta hora, Kore dio a luz al Eterno».  Juan Casiano, en sus «Colaciones» (X, 2 en P.L., XLIX, 820), escrita entre los años 418-427, dice que los monasterios egipcios todavía observan la «antigua costumbre»; pero, Pablo de Emesa predicó el 29 de Choiak (25 de diciembre) y el 1 de enero del 433 ante Cirilo de Alejandría, y sus sermones (véase Mansi, IV, 293; apéndice del libro de los Hechos. Conc. Eph.) muestran que la celebración de Diciembre estaba firmemente establecida en aquel lugar, y los calendarios demuestran su permanencia. Por ello, la tradición de celebrar esta fiesta en diciembre, llegó a Egipto alrededor de los años 427 y 433.

Un resumen: punto por punto

El NT es una mitología creada ad hoc que pretende encajar una serie de supuestas «profecías» escritas por diversos autores en el Tanaj con los relatos que estos cuentan a las comunidades del levante occidental.

Ninguno de los autores neotestamentarios fue habitante y mucho menos testigo de lo que narra. Muestran además una falta de conocimiento cultural, histórico y geográfico propio de esta situación.

Estos, en este caso, confunden e interpretan (a propósito o no) que el autor de Miqueas 5:2 se refería a Belen como una ciudad, cuando de lo que hablan es de Beth-lehem Ephrata: un clan de Judá.

Cometen anacronismos como el situar a su personaje viviendo simultánemanete en «los tiempos de Herodes» el Grande (antes del 4 a.e.c.) y el censo de Cirenio (6 e.c.).

Como ciudadanos grecorromanos estos hacen acopio a la cultura y los conocimientos en los que se criaron cuando se dedican a predicar su nuevo credo: una versión del judaísmo esenio.

Este nuevo mesianismo (cristianismo) más grecorromano que judío, durante su expansión, se dedica a aprovechar el populismo y a asimilar festividades «paganas».

Bajo el contexto en el que hablamos, una época con una mala comunicación, cuando se expande este nuevo mesianismo desde Asía Menor hacia todo el levante occidental este empieza a crear comunidades con gente arraigada a las culturas donde habitaban, con festividades ya establecidas de antes.

Entre las festividades de la gente que empezó a creer a los predicadores de este nuevo mesianismo (una minoría que además convivía con creyentes del politeísmo) estaban las arraigadas en el culto al Sol. Un culto anterior y que siguió celebrándose durante todo el periodo posterior a la aparición del cristianismo.

Este nuevo mesianismo, que ha crecido y se ha ido elaborando poco a poco en el seno grecorromano y que, a pesar de tomar como base los mitos judáicos es irónicamente profundamente antisemita: se va estableciendo como una religión sincrética europea y contraria a los principios del judaísmo. De ahí las discrepancias y nula aceptación por parte de los judíos. La mayor profanación de las creencias judías es, de hecho, anular la inmutabilidad de su dios, tomar como «sagradas» las prédicas que sus líderes realizan en vez de únicamente la Torah y los sacerdotes, degradar a su dios a un «humano», convertir al mesías que ellos esperaban en ese humano: afirmando que su dios pudiera si quiera ser asesinado (cargándose así su omnipotencia) y convirtiendo al «rey» guerrero que esperaban en una caricatura tan patética como una que es negada por sus propios discípulos, humillada por el pueblo judío y que además se dedica paradógiamente a cuestionar los preceptos también inmutables de su dios. Promoviendo estos mesiánicos europeos con esa historia que propagan, además, que el culpable del «deicidio» fueron ellos (los judíos) más que el propio imperio (Roma) del que su mesías debía liberarlos.

Tras siglos de políticas nefastas por parte de varios emperadores, de las guerras contra otros pueblos, las invasiones dentro incluso de la capital de ese imperio, las luchas internas por el poder y las propagación de numerosas sectas mesiánicas de fanáticos e intolerantes, el imperio romano va cayendo. La última estocada se la dan ciertos emperadores cuando estos deciden ser más favorables hacia ciertos grupos religiosos (las numerosas sectas en las que se divide ese mesianismo) para ganarse su apoyo durante su enfrentamiento por ese poder.

A lo largo de esos siglos, ese mesianismo crece en comunidades con tradiciones y festividades «paganas» arraigadas a las que no pretende renunciar, ni renuncia. La solución de esa gente que se ha criado en ese paganismo, como siempre ha sucedido a lo largo de la historia con diversas tradiciones, es la de la adaptación a su nueva fe. Esta hecho es combatido, dentro de la gente que propaga esta secta, por algunos grupos pero es finalmente asimilado por este nuevo mesianismo hecho a la carta conforme pasa el tiempo hasta que termina siendo añadido oficialmente por los líderes de la secta que, tras varios concilios, han ganado la lucha contra el resto de sectas mesiánicas.

La fiesta de navidad y su día se impuso, como resumen de lo ya explicado, no porque haya constancia de cuando nació ese personaje mesiánico sino mediante decisiones políticas basadas en la asimilación de tradiciones paganas anteriores.

Y no. A diferencia de lo que sucede con otras personajes históricos, el día del nacimiento del Jesús mencionado por los miembros de la secta que fundó este nuevo mesianismo no se sabe, ni puede saberse.

Referencias y bibliografía:

Todas las fuentes se incluyen en el propio artículo. Se ha intentado además de citarlas, incluir enlaces hacia todas ellas.

Sobre el esenismo, pueden ver un artículo extenso explicando cómo era y las diferencias titulado El calendario esenio en el enlace. También pueden ver el calendario en este enlace.

Antigüedades de los judíos – Flavio Josefo

Las guerras de los judíos – Flavio Josefo

The Book of Jubilees and Its Calendar: A Reexamination, Liora Ravid (Dead Sea Discoveries Vol. 10, No. 3, 2003, pp. 371-394)

(1). Tanto Gonzalo Fontana Elboj, profesor Titular de Filología Latina de la UZ, en el blog de Piñero, como el propio Antonio Piñero, exponen los problemas con la afirmación en Lucas sobre el censo de Cirenio. Esto contesta a la hipótesis que planteó Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) en su libro La infancia de Jesús (Rizzoli – Libreria Editrice Vaticana 2012) de un censo en dos etapas.

Para saber más sobre el Shabbat y las prohibiciones judías, además de los enlaces y referencias ya incluidos en el artículo véase:

Jerusalem Talmud Shabbat

The Jewish Dietary Laws and their Foundation (Hardvard)

Para saber más sobre el pastoreo y todo lo relacionado con él:

Shepherd life; the care of sheep and goats, Fred H. Wight (Ancient Hebrew Research Center)

Sheep and judaísm (Sefaria)

Sheep, Emil G. Hirsch y  I. M. Casanowicz (Jeswish Encyclopedia)

Sobre el Sol Invictus:

The cult of Sol Invictus, Gaston H. Halsberghe

https://es.wikipedia.org/wiki/Sol_Invictus

¡El origen pagano de la Navidad! Saturnales, Mitra y Sol Invictus

Los defensores de la fecha citan como apoyo a Vittorio Messori, Andrea Nicolotti,  Antonio Socci y a Nicola Bux. Todos ellos (¿casualmente?) católicos, y ninguno, entre ellos, que haya aportado más argumento que los expuestos, ni más evidencia que la ya cuestionada en este artículo.

Para saber más sobre la festividad romana del Sol Invictus:

Steven Hijmans, «Sol Invictus, the Winter Solstice, and the Origins of Christmas»

Steven Hijmans, Sol and Luna in the Carmen Saeculare: an Iconographic Perspective

Sol : the sun in the art and religions of Rome, Steven E Hijmans

Breve historia de la Navidad, Francisco José Gómez Fernández

Commentarius in Danielem, c. 202- 204 (editado en la colección Sources chrétiennes, nº 14, París, M. Lefèvre, 1947)

Una recopilación de ritos navideños tomados del paganismo puede verse en este artículo.

¿Los orígenes impíos de la Biblia? – Pedro M. Rosario Barbosa

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Luis Rico
Luis Rico
4 años atrás

Robert Ambelain tiene una trilogía muy interesante sobre Jesús que comienza con Jesús o el secreto mortal de los templarios,sigue con el hombre que creo a Jesús y termina con los secretos del Golgota donde desarrolla una interesante tesis sobre quién era este personaje y lo mejor es que defiende su tesis usando precisamente los evangelios, estos libros se pueden conseguir en Internet gratis

Stevenrocks
Stevenrocks
3 años atrás

Eso de que hay deidades que nacieron el 25 de Diciembre ¿Es real?

Pedro
Pedro
3 años atrás

¿Existe alguna religión (o serie de religiones) judeocristiana a la que se le podría calificar de ser la más apegada (doctrinariamente hablando) a los textos bíblicos más antiguos disponibles? ¿O todas se encuentran «alejadas» de la «palabra de Dios» en proporciones similares?

Far Voyager
Far Voyager
2 años atrás
Respuesta a  ateoyagnostico

Recuerdo en ese sentido a uno de los pastores que conozco afirmar que ese versículo es aplicable para TODA la Biblia, no solamente el Apocalipsis, y que es un aviso para que nadie quitara o añadiera textos a la Biblia.

Ignorando (o puede que no, sabiendo que la línea entre interpretar muy libremente los textos bíblicos y mentir por Jesús es muy fina, y ese tipo es muy experto en eso) por supuesto, que Lutero quitó unos cuantos libros del canon bíblico, y que el propio Apocalipsis estuvo a punto de ser uno de ellos.

David
David
2 años atrás

No eres ateo , eres estúpido y maleducado prepotente.
Lo que comentas,,,,,,
Es como mezclar buen vino al vinagre.
Al final basura.
Saludos

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