Uno de los mejores discursos dado en años en EEUU respecto a la necesaria separación entre religión y política.
En 2006, antes de postularse para la nominación del partido Demócrata a la Presidencia de EEUU, Barack Obama pronunció este discurso (para muchos analistas, uno de los mejores sobre este tema en EEUU en las últimas décadas), sobre la relación entre Política y Religión.