"Una mente crédula [...] encuentra el mayor deleite en creer cosas extrañas y, cuanto más extrañas son, más fácil le resulta creerlas; pero nunca toma en cuenta las que son más sencillas y posibles, porque todo el mundo puede creerlas."

Samuel Butler

De la autentica pluma de las mentiras de los escribas

De todas las mentiras que ha creado el cristianismo y de las medias verdades que este ha difundido, una de las más extendidas es la de que existen “testimonios” seculares que prueban que su personaje favorito, Jesús “de Nazaret” existió tal y como lo narra la Biblia. Esta mentira, al igual que todo el resto de mentiras propagadas por esta secta, ha crecido gracias a la propaganda continua y apoyada por ciertos líderes y soberanos a lo largo de los siglos. Una mentira contada ad infinitum al final se acaba convirtiendo en realidad. O al menos eso ha sucedido para la mayoría que ni si quiera prefiere investigar y a la que les agradan las mentiras dulces y simplonas que les hagan llevar una vida más sencilla, llena de cuentos y fantasías. Pero para quienes, inquietos, esta propaganda les es menos importante que la verdad, una vez conocidos los hechos y las evidencias, nada vuelve a ser lo mismo. Estos hechos no deberían ser pervertidos por el bando vencedor, y menos cuando ese bando proclama verdades para intentar mantener su estatus. Y la verdad es que, lejos de lo que pretende esta secta monoteista, los hechos nunca les han sentado bien. Veamos un repaso de esas fuentes una por una. Un resumen y más datos de los ya aportados en otros artículos, de cada una de las fuentes del judeocristianismo y si esas fuentes pueden o no confirmar sus afirmaciones.

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