Al dios bíblico no le gustan los perros
Con aproximadamente una relación de 32.000 años, según las evidencias arqueológicas y genéticas, el Canis lupus familiaris o «perro doméstico» se convirtió en un compañero casi indispensable para nuestra especie: ya fuera primero eliminando desperdicios alimenticios, alimañas, cazando, ayudando al pastoreo, como defensa de sus «amos» o simplemente haciendo compañía. Este «mejor amigo del hombre», sin embargo, es usado en ámbitos lingüísticos y culturales en algunas ocasiones como un insulto. En esto, cómo no, también ha contribuido la religión.