Los 3 pasos para fundar cualquier religión
Todas las religiones (más bien los fundadores y luego los seguidores de las mismas) dicen ser únicas. Todos, sin excepción, dicen que la suya es «la verdadera» y en su empeño por convencer a la gente de que tienen la razón absoluta (algo que se empeñan por recalcar constantemente) recurren a todo tipo de falacias apelando a los sesgos más comunes que padecemos. La idea es convencer emocionalmente a aquellas personas de que tienen que confiar ciegamente en ellos, sin importar cómo.
Para ello, lo más habitual es el convertir a este tipo de personas, generalmente más emocionales, en dependientes de la «droga» que ellos fabrican: las promesas indemostrables. Hacerles ver que necesitan de las soluciones a dichos problemas emocionales que ellos mismos ensalzan y cuya única cura depende única y exclusivamente de ellos y su producto estrella.
Esto resumiría qué hace la religión, pero ¿cómo funciona toda religión? La estrategia se podría resumir en 3 puntos clave que son siempre los mismos.