El hecho de que la indoctrinación puede ser eliminada… El hecho de que no hay un dictador universal, ni pecado, ni una culpa cósmica, ni un infierno… El hecho de que los seres humanos poseemos potencial para el bien… El hecho de que se pueda compartir verdaderamente amor entre pares que se autorrespetan y tienen ambos pies en la tierra… El hecho de que la razón humana es capaz… El hecho de que la integridad intelectual acarrea la única paz mental honesta… El hecho de que no hay un Dios… Todo esto es verdaderamente una Buena Noticia. Dan Barker

Obras de Píndaro, traducidas del griego en verso castellano – José Canga Argüelles y Bautista Canga Arguelles

La obra de Píndaro que se conoce se ha conservado en papiros de entre el siglo II a. C. hasta el II d. C. y en algunos manuscritos medievales que proceden de una selección efectuada en el siglo III. En total, han llegado hasta nosotros cuatro libros de epinicios que suman 45 odas y algunos fragmentos sueltos. Los epinicios (ἐπίνικοι / epinikoi) son cantos corales compuestos en honor de los vencedores en alguno de los cuatro certámenes deportivos de los Juegos Panhelénicos que se cantaban al paso de los campeones. Las composiciones de Píndaro suelen utilizar la victoria deportiva como simple punto de partida para loar el valor personal del atleta: su triunfo refleja la victoria de lo Bello y lo Bueno sobre la mediocridad. Además de epinicios, Píndaro compuso himnos, peanes, partenios, cantos al vino, trenos, etc.

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Píndaro (en griego Πίνδαρος) es uno de los más célebres poetas líricos de la Grecia clásica. Se cree que nació en Cinocéfalos, Beocia, hacia el 518 a. C. Según la tradición, pertenecía a una familia aristocrática.

La obra de Píndaro que se conoce se ha conservado en papiros de entre el siglo II a. C. hasta el II d. C. y en algunos manuscritos medievales que proceden de una selección efectuada en el siglo III. En total, han llegado hasta nosotros cuatro libros de epinicios que suman 45 odas y algunos fragmentos sueltos. Los epinicios (ἐπίνικοι / epinikoi) son cantos corales compuestos en honor de los vencedores en alguno de los cuatro certámenes deportivos de los Juegos Panhelénicos que se cantaban al paso de los campeones. Las composiciones de Píndaro suelen utilizar la victoria deportiva como simple punto de partida para loar el valor personal del atleta: su triunfo refleja la victoria de lo Bello y lo Bueno sobre la mediocridad.

Además de epinicios, Píndaro compuso himnos, peanes, partenios, cantos al vino, trenos, etc.

 

El estilo de Píndaro es peculiar y difícil. Se caracteriza por proceder con la materia poética a saltos, estableciendo asociaciones bruscas e imprevistas entre diferentes elementos. El lenguaje, muy elevado, procede de una mezcla artificiosa de diferentes dialectos y se satura de elementos retóricos, en especial de imágenes. La dificultad de la obra pindárica es paradigmática. Si resultaba ya oscura para sus coetáneos, con posterioridad autores que van de Heródoto a Voltaire hablan de lo ininteligible de su poesía. Sin embargo, Goethe o Hölderlin lo erigieron en símbolo de la libertad del genio creador.

Compra online:

El libro Obras de Píndaro de José y Bautista Canga A. no lo he podido encontrar, en su defecto pongo el enlace de compra de Obra completa de Píndaro (Ediciones Cátedra; 4 de julio de 1989)

 

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