"Una mente crédula [...] encuentra el mayor deleite en creer cosas extrañas y, cuanto más extrañas son, más fácil le resulta creerlas; pero nunca toma en cuenta las que son más sencillas y posibles, porque todo el mundo puede creerlas."

Samuel Butler

¿Dios o Dioses? Las contradicciones y el henoteísmo bíblico

Todo el «monoteísmo» abrahámico se ha construido sobre la base de una falacia de cherry picking. El cristianismo, basado en la traducción «pagana» de un judaísmo tardío, fundó una nueva religión que se impuso con el paso de los siglos a las demás. E impuso su cosmovisión y mitos influyendo en la concepción que se tenía en un principio sobre dichos mitos.

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Todo el «monoteísmo» abrahámico se ha construido sobre la base de una falacia de cherry picking. El cristianismo, basado en la traducción «pagana» de un judaísmo tardío, fundó una nueva religión que se impuso con el paso de los siglos a las demás. E impuso su cosmovisión y mitos influyendo en la concepción que se tenía en un principio sobre dichos mitos.

El influjo griego

Todas las religiones influyen con el tiempo entre ellas, incluso en las que ya hay, haciéndolas «evolucionar» pese a su rigidez sistemática. No es lo mismo, por ejemplo, el judaísmo postexiliar que el judaísmo tras el influjo heleno cuando Alejandro Magno conquistó Oriente Medio. De este último y del grecorromano es del que proviene el «cristianismo»  («mesianismo», del latín christianismus y este del griego  χριστιανισμός). Los fundadores del cristianismo son víctimas de su propia cultura e ignorancia y un claro ejemplo del ambiente sociocultural en el que nacieron y vivían. En el judaísmo postexiliar, por ejemplo, no existía el concepto de infierno ni diablo, que son importaciones griegas. Sus libros no tienen nomenclaturas hebreas sino griegas. Están plagadas de ellas: los «cristianos» no denominan a los libros en hebreo sino en griego (como por ejemplo Génesis, del griego γένεσις – nacimiento- al Bereshit) y el «inferno» no iba a ser menos: los fundadores cristianos, en sus textos, lo denominan Hades (del griego ᾍδης). Sin embargo los hebreos no tenían un infierno, tal y como lo describió este nuevo «mesianismo» griego partiendo de su concepción cultural sino un scheʼóhl (del hebreo שאול ). El infierno lo creó el cristianismo partiendo de un error de traducción. Ya no es solo que sus textos neotestamentarios estén repletos de nomenclarutas griegas sino incluso de explicaciones, signo de que tanto ellos como el público al que iban dirigidos no eran hebreos. Como cuando en Mateo 16:18 su autor siente la necesidad de explicar con un juego de palabras griegas qué es una piedra y por qué llama a Simón como tal (a esto le dedicaré otro artículo aparte).

Pero no es el único elemento cristiano que surge por partir de una cultura griega: toda la virginidad de María la toma el cristianismo de una mala traducción de la LXX (la Biblia que conocían los fundadores de este mesianismo): estos, en su intento interpretativo para dar pedigrí a su «Cristo» (otro término que proviene del griego Christós –Χριστός –  para referirse a «mesías») tomaron su traducción griega de Isaías 7:14 y les dió como resultado una profecía basada en una falacia. Pues en el texto hebreo la palabra empleada era  almah –  העלמה (H5959), que significa «mujer joven», pero como estos mesiánicos griegos partieron de la traducción griega y en ella sus traductores usaron  parthenos – παρθενος (G3933 N-NSF), el resultado «profético» les hizo crear una nueva doctrina según la cual su «mesías» debía nacer de una «virgen». La historia del cristianismo está repleta de este tipo de cagadas.

Muchos cristianos ni si quiera saben que los autores y fundadores de su religión eran griegos, ni que su Nuevo testamento no fue escrito ni en hebreo, ni en arameo sino en griego koiné. Estamos ante una religión que nació de gente que no conocía la cultura hebrea más que de oídas y a través de un teléfono roto griego. A partir de ahí se fundó toda una nueva teología (una que luego ha dado más variantes con los siglos).

Esto lo explico para responder la parte donde apunto que este «mesianismo» es una versión helena. Pero ¿qué pasa con el cherry picking, que también señalé? A esto es a lo que me voy a centrar en este artículo.

¿Del henoteísmo al monoteísmo?

Por un lado, ya sabemos desde hace tiempo de donde surge el Yahvé bíblico y que este surge inicialmente de un politeísmo que luego deriva a un henoteísmo. No son pocas las evidencias que tenemos de ello, como por ejemplo el uso en el Tanaj de términos mesopotámicos politeístas. Como cuando en los textos se expone a los Elohim (otra palabra que significa «deidades»). La cultura mesopotámica contaba con un panteón de deidades cuya deidad principal era Él. Este «monoteísmo» transformó estos términos en nombres propios: por un lado convirtiendo a Él y a Yahvé en el mismo dios, cuando en Mesopotamia Yahvé era un dios menor del panteón presidido por Él; por otro lado, convirtiendo el plural (deidades) Elohim en un nombre propio, como si con este se refiriera a Él y a Yavhé, y todas estas palabras no fueran más que un repertorio de nombres para una misma deidad; y por otro, argumentando que las veces en las que se habla en plural en su propia recopilación de cuentos mesopotámicos, llamada Biblia, lo que se está haciendo es usar un plural mayestático.

¿Pero cómo acabó como un monoteísmo? La respuesta la tenemos también dentro de la propia Biblia. Los religiosos han tendido a hablar de «Dios» como un nombre propio antonomástico haciendo una lectura selectiva de los textos de su querida Biblia. Pero lo que podemos encontrarnos en ella, otro de sus errores fruto de haber sido escrita durante siglos por todo tipo de gente, es que esta es una recopilación de todo tipo de concepciones teológicas. Las escrituras hebreas a veces afirman que hay un solo Dios, pero (y este es el matiz) a veces en ellas no se afirma que solo haya un dios sino simplemente que Yahvé es el más grande entre muchos dioses. Un reflejo y evidencia de su raíz henoteísta. Pero ¿y qué pasa con el nuevo aporte cristiano? ¿Qué pasa con los textos neotestamentarios? Las cosas se vuelven aún más confusas en el Nuevo Testamento, donde también se hace referencia a Jesús y al Espíritu Santo como Dios. El concepto de la «Santísima Trinidad» (que también parte de una concepción pagana ya presente en otras religiones) se creó para abordar esta contradicción (una respuesta a la disonancia cognitiva que provocaron una serie de autores de influencia griega), pero de nada sirvió las disputas y votaciones entre ellos, porque el concepto de Padre, el Hijo y el Espíritu Santo continúan dividiendo a los cristianos en la actualidad.

No trataré, además, el hecho de que el cristianismo sea incapaz de concebir un monoteísmo, por más que diga que lo es, cuando estamos hablando de una religión que adora a santos y vírgenes como a deidades, ni trataré el hecho de que se haya creado en dicha religión el concepto de «omnipresencia» que convierte a su religión en un panteísmo. No. No me es necesario pues queda totalmente explicado en los artículos que ya he puesto en esta misma introducción por qué esta religión nace de un politeísmo. De hecho hay una obra de Friedman dedicada a exponer qué fuente escribió cada texto. Así que solo voy a exponeros una recopilación de los textos donde se afirma que solo hay un dios y otros en los que se afirma que hay varios dioses.

Los textos

Solo hay un Dios

La afirmación o referencia a que solo hay un dios se da en 14 versículos: 10 en el Tanaj (Antiguo testamento, para el cristianismo) y 4 en el Nuevo testamento. De las veces en las que esto se expone podemos observar que hay citas, expresiones, que son repetidas: «no hay otro» se da en Deuteronomio en 3 ocasiones y «no hay… fuera de mi» en Isaías en otras 3 ocasiones.

Antiguo testamento

A ti te fue mostrado, para que supieras que Jehová es Dios; no hay nadie más aparte de él. Deuteronomio 4:35

El Señor es Dios arriba en el cielo, y abajo en la tierra; no hay otro. Deuteronomio 4:39

Escucha, oh Israel: El Señor nuestro Dios es un solo Señor. Deuteronomio 6:4

Mira ahora que yo, incluso yo, soy él, y no hay dios conmigo. Deuteronomio 32:39

El Señor, él es el Dios; el Señor, él es el Dios. 1 Reyes 18:39

Yo soy: antes de mí no fue formado Dios, ni lo será después de mí. Isaías 43:10

Yo soy el Señor, y no hay nadie más… No hay nadie fuera de mí. Yo soy el Señor, y no hay otro. Isaías 44:8

Yo soy el Señor, y no hay nadie más, no hay Dios fuera de mí. Isaías 45:5-6

No hay más Dios fuera de mí… No hay ninguno fuera de mí. Isaías 45:21

Yo soy Dios, y no hay otro: Yo soy Dios, y no hay ninguno como yo. Isaías 46:9

Nuevo testamento

El Señor nuestro Dios es un solo Señor. Marcos 12:29

Hay un Dios; y no hay otro sino él. Marcos 12:32

Para que te conozcan a ti, el único Dios verdadero. Juan 17:3

Pero para nosotros hay un solo Dios, el Padre, de quien proceden todas las cosas, y nosotros en él. 1 Corintios 8:6

Hay varios dioses

La afirmación o referencia a que hay varios dioses se da en 39 versículos: 37 en el Tanaj y 2 en el Nuevo testamento.

Sin tener en cuenta que en Génesis 3:5 se deja implícito que existen los dioses, cuando la serpiente les dice a Adán y Eva que al comer del fruto «serán como dioses». Cosa que en algunas versiones se omite el plural (véanse estas aquí) para traducirlo como si de un singular se tratara…

El comienzo del primer libro del Tanaj, lo que se conoce como Génesis 1:1 empieza con un:

Vocalizado:

בְּרֵאשִׁית בָּרָא אֱלֹהִים אֵת הַשָּׁמַיִם וְאֵת הָאָרֶץ

Transliterado:

Bereshit bara Elohim et hashamayim ve’et ha’aretz

Y traducido como:

«Al principio, crearon los dioses el cielo y la tierra.»

El comienzo, irónicamente, del libro es el que da nombre en hebreo al mismo: Bereshit (que como expliqué, en griego se tradujo como Génesis).

En el libro de Génesis, el propio personaje principal, Dios (para los cristianos), usó un pronombre plural para referirse a sí mismo (ella misma, sí mismo o ellos mismos), lo que implica que hay más de un dios allá arriba:

Y dijo Dios, hagamos al hombre a nuestra imagenGénesis 1:26

Y dijo el Señor Dios: He aquí, el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal. Génesis 3:22

Bajemos y confundamos allí su lengua. Génesis 11:7

El dios del Antiguo Testamento es un «dios de dioses» que es adorado por los otros dioses:

Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores. Deuteronomio 10:17

¡Póstrense ante él todos los dioses! Salmo 97:7

Oh, dad gracias al Dios de los dioses. Salmo 136:2

Ningún otro dios es como él:

Entre los dioses no hay ninguno como tú, oh Señor. Salmo 86:8

Él es mejor que los otros dioses:

¿Quién como tú, oh Señor, entre los dioses? Éxodo 15:11

Ahora sé que el Señor es más grande que todos los dioses. Éxodo 18:11

No tendrás dioses ajenos delante de mí. … No te inclinarás a ellos, ni los servirás. Éxodo 20:3-5

¿Qué Dios hay en el cielo o en la tierra, que pueda hacer según tus obras? Deuteronomio 3:24

Grande es nuestro Dios sobre todos los dioses. 2 Crónicas 2:5

Nuestro Señor está por encima de todos los dioses. Salmo 135:5

Los otros dioses morirán algún día:

Los dioses que no hicieron los cielos ni la tierra, ellos también desaparecerán de la tierra y de debajo de estos cielos. Jeremías 10:11

El Dios hebreo juzga a los otros dioses:

Y contra todos los dioses de Egipto ejecutaré juicio. Éxodo 12:12

Sobre sus dioses también ejecutó el Señor juicios. Números 33:4

Dios está en la congregación de los poderosos, él juzga entre los dioses. Salmo 82:1

Y los castigará:

Castigaré a la multitud de No, a Faraón y a Egipto, con sus dioses. Jeremías 46:25

El Señor será terrible con ellos, porque hará morir de hambre a todos los dioses de la tierra. Sofonías 2:11

Es un Dios celoso (cuyo nombre es Celoso). Así que nos prohíbe «ir tras» o adorar a cualquiera de sus competidores:

Porque no adorarás a ningún otro dios; porque Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es. Éxodo 34:14

No andaréis en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que os rodean; (Porque Jehová tu Dios es Dios celoso entre vosotros.) Deuteronomio 6:14-15

No… irás en pos de otros dioses para servirles. Deuteronomio 28:14

Si le das gloria a Dios, él será indulgente contigo y con todos tus otros dioses:

Daréis gloria al Dios de Israel; quizás aligere su mano de sobre vosotros y de vuestros dioses. 1 Samuel 6:5

Y no vayáis en pos de otros dioses para servirlos y adorarlos, y no me provoquéis a ira con las obras de vuestras manos; y no te haré daño. Jeremías 25:6

Pero debes temer a Dios más que al resto de dioses:

El Señor… es de ser temido sobre todos los dioses. 1 Crónicas 16:25

Porque el Señor… es temible sobre todos los dioses. Salmo 96:4

No hagas sacrificios a ninguno de los otros dioses (O Dios te matará):

El que sacrificare a cualquier dios, excepto al Señor solamente, será completamente destruido. Éxodo 22:20

No pongas a ninguno de los otros dioses antes que él:

No tendrás otros dioses delante de mí. Deuteronomio 5:7

No hagas pacto con ellos:

No harás pacto con ellos, ni con sus dioses. Éxodo 23:32

No les quemes incienso:

Pronunciaré mis juicios contra ellos… que me han dejado y han ofrecido incienso a otros dioses. Jeremías 1:16

O incluso mencionar sus nombres:

No hagáis mención del nombre de otros dioses, ni se oiga de vuestra boca. Éxodo 23:13

Quita los dioses de tu padre:

Temed al Señor… y desechad los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres. Josué 24:14

Y aléjate del dios llamado Qemosh o Chemosh (kə·mō·wōš):

¿No poseerás lo que Quemos, tu dios, te da en posesión? Jueces 11:24

Nota: dejaré que sean  Morris Jastrow, Jr. y George Aaron Barton quienes les expliquen quién era Quemosh:

Chemosh era un dios asociado con la diosa madre semítica Ashtar, la cual lleva su nombre (Moabite Stone, línea 17; compárese con Barton, «Semitic Origins», iv.). Peake sostiene erróneamente que Ashtar-Chemosh era una deidad distinta de Chemosh, mientras que Moore y Bäthgen (Beiträge zur Semitischen Religionsgeschichte , p. 14) consideran que «Ashtar» en este nombre es equivalente a «Astarté«, a quien creen que se adoraba en el templo de Chemosh. Cualesquiera que sean las diferencias de concepción que puedan haber asociado al dios en diferentes santuarios, no hay razón adecuada para dudar de la identidad sustancial de los dioses a quienes se aplicaron estos diversos nombres.

Fuente: Enciclopedia Judía

Pero no insultes a los otros dioses:

No insultarás a los dioses. Éxodo 22:28

Nota: en un intento por arreglar esto para acomodarlo a un monoteísmo los cristianos tradujeron «dioses» (ĕ·lō·hîm, אֱלֹהִ֖ים) por «jueces». Pueden verlo en estas traducciones. Como premio consolador para su público, por ser engañados, estos cristianos agregaron «O, a Dios» como una nota aparte.

Otras personas sirvieron a otros dioses (como lo hizo Taré, el padre de Abraham):

Vuestros padres habitaron al otro lado del río en la antigüedad, Taré, el padre de Abraham, y el padre de Nacor: y sirvieron a dioses ajenos. Josué 24:2

Y una bruja una vez vio dioses subiendo al cielo:

Y el rey le dijo: No temas, porque ¿qué viste? Y la mujer dijo a Saúl: Vi dioses que subían de la tierra. 1 Samuel 28:13

Recuerda siempre que las personas también son dioses (Jesús usó esto cuando fue acusado de hacerse un dios):

He dicho: Vosotros sois dioses. Salmo 82:6

Los judíos le respondieron, diciendo: Por buena obra no te apedreamos; sino por blasfemia; y porque tú, siendo hombre, te haces Dios. Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije: Dioses sois? Juan 10:33-34

Y los tres dioses en el cielo son realmente un solo dios (No te preocupes demasiado por esto. A esta incoherencia los cristianos la denominan un «misterio»):

Porque tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. 1 Juan 5:7

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