"Los hombres crean dioses a su propia imagen, no sólo en cuanto a su forma, sino también a su modo de vida."

Aristóteles

Jesús: ni Dios ni hombre: El Argumento a Favor de un Jesús Mítico – Earl Doherty

Earl Doherty, debido a su página web y su primer libro, The Jesus Puzzle, es considerado por muchos como habiendo dado al Miticismo de Jesús su más legítima y convincente expresión en estos tiempos. Jesús: Ni Dios ni Hombre es una nueva y revisada expansión de esa obra. El producto de casi tres décadas de estudio, esta obra presenta un argumento sin precedentes por su profundidad y lucidez a favor de la no existencia de un histórico Jesús. En esta era de Internet y de constante diseminación de conocimiento e ideas a través de un amplio público, los verdaderos comienzos de una de las principales religiones del mundo pueden finalmente estar preparados para emerger. EARL DOHERTY es un historiador y estudioso clásico que vive en Canadá. Ha publicado en la revista Humanist in Canada y en el Journal of Higher Criticism de la Universidad Drew en New Jersey. Desde 1996, se ha ganado la atención mundial con su innovadora página web The Jesus Puzzle en: www.jesuspuzzle.com.

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Earl Doherty, debido a su página web y su primer libro, The Jesus Puzzle, es considerado por muchos como habiendo dado al Miticismo de Jesús su más legítima y convincente expresión en estos tiempos. Jesús: Ni Dios ni Hombre es una nueva y revisada expansión de esa obra. El producto de casi tres décadas de estudio, esta obra presenta un argumento sin precedentes por su profundidad y lucidez a favor de la no existencia de un histórico Jesús. En esta era de Internet y de constante diseminación de conocimiento e ideas a través de un amplio público, los verdaderos comienzos de una de las principales religiones del mundo pueden finalmente estar preparados para emerger. EARL DOHERTY es un historiador y estudioso clásico que vive en Canadá. Ha publicado en la revista Humanist in Canada y en el Journal of Higher Criticism de la Universidad Drew en New Jersey. Desde 1996, se ha ganado la atención mundial con su innovadora página web The Jesus Puzzle en: www.jesuspuzzle.com.

Prefacio

Durante la temporada 2007 de la serie de televisión Bones, su inteligente heroína, una antropóloga forense además de detective de homicidios, la Dra. Temperance Brennan, hizo una referencia al fundador del cristianismo con este comentario de pasada: «Cristo, si existió…». Un comentario similar se escuchó después en el episodio, ambos hablados tangencialmente durante discusiones entre los personajes, científicos forenses del Smithsonian Institute, al intentar resolver el crimen más reciente de unos huesos desenterrados. Esto ocurría en una cadena de televisión norteamericana principal en horario de máxima audiencia. Cuántos telespectadores lo pillaron, o cuál fue su reacción, no queda registrado, pero bien puede haber sido la primera vez que alguno de aquellos espectadores hubiera escuchado una idea tan radical emitida en un programa de entretenimiento popular transmitido a los hogares norteamericanos a continuación de la hora de la cena.

Cuando The Jesus Puzzle se publicó en 1999, la teoría de que ningún Jesús histórico existió jamás era aún vista de forma general como una idea marginal. Aunque una pequeña minoría de estudiosos había defendido una conclusión semejante durante casi dos siglos, había conseguido poca tracción entre el público o en los estudios del Nuevo Testamento. Hoy, una década más tarde, la idea está comenzando a asomar la cabeza tímidamente en algunas partes del panorama de la corriente principal de investigación. Aun así, esto ya ha sido sobrepasado por un creciente segmento del gran público, especialmente entre aquellos conectados a Internet, donde la presentación y el debate en las páginas web y en grupos de discusión han intrigado cada vez más e incluso convencido a muchos sobre la idea.

El advenimiento de Internet ha introducido un elemento «laico» de investigación sin precedentes en el campo de estudio. La vastamente acelerada diseminación e intercambio de ideas, la fácil disponibilidad de antiguos textos y obras de investigación modernas a tan solo un clic de distancia, la ausencia de presión entre colegas y de límites a la permanencia académica, ha significado que el estudio sobre los orígenes cristianos está llevando a cabo un salto espectacular por parte de un mucho más amplio electorado que el del mundo académico tradicional. Mientras este último ha estado siempre centrado en los departamentos de religión de las universidades, el campo de estudio está ahora abierto a estudiosos «amateur» totalmente dedicados, estos últimos siendo un término técnico para aquellos que llevan a cabo estudios de forma particular y fuera del organigrama educativo oficial.

La actual búsqueda del «Jesús histórico» por parte de la corriente crítica mayoritaria de investigación tiene aún que llegar a un resultado seguro o consensuado. El acuerdo sobre lo que Jesús dijo o hizo, o si fue un maestro de sabiduría judía, o un profeta apocalíptico, un revolucionario, un sabio estilo cínico, o cualquiera de entre un número de otras personificaciones, está tan lejos de ser alcanzado como en cualquier otra fase previa en el perenne intento de separar al glorificado Jesús de la fe del elusivo Jesús de la historia. Queda por ver cuán pronto el mundo académico tradicional superará su reticencia a la hora de decidirse a dar el salto hacia el territorio final e inexplorado del Nuevo Testamento. Se ha conocido en Internet como «el miticismo de Jesús»: la teoría de que ningún Jesús histórico merecedor de tal nombre existió, que el cristianismo comenzó con una creencia en una figura espiritual, mítica, que los Evangelios son esencialmente alegoría y ficción, y que ninguna identificable persona reside en la raíz de la tradición de predicación galilea.

Existe un reproche regularmente lanzado a los defensores del miticismo de Jesús. Este  consiste en la afirmación —que es un mito de por sí— de que la corriente principal de investigación (tanto por parte del exégeta del Nuevo Testamento como del historiador en general) ha desacreditado hace mucho tiempo la teoría de que Jesús nunca existió, y continúa haciéndolo. No es defendida más ampliamente esta teoría, mantienen ellos, porque las pruebas en contrario son abrumadoras, y estas pruebas se han ofrecido una y otra vez. Es sorprendente de cuánta aceptación disfruta esta fantasía, considerando la poca base que hay para ella. Yo recomiendo el artículo de tres partes en mi página web «Alleged Scholarly Refutations of Jesus Mythicism», una refutación a un siglo de estudios —bastante pocos en número, en libros y partes de libros— que buscan refutar el argumento a favor del miticismo. Véase este enlace: www.jesuspuzzle.com/jesuspuzzle/CritiquesRefut1.htm.

A principios del siglo XX hubo un número de intentos por contrarrestar la fuerte corriente del miticismo de Jesús por aquel tiempo, pero los estudios en ambos lados de aquel debate han quedado hace tiempo anticuados. No ha habido en tiempos recientes ninguna obra publicada de envergadura dedicada a desacreditar la teoría mítica de Jesús. Esto por sí mismo es de vital importancia, dado que se han hecho significativos avances en la investigación del Nuevo Testamento en el último cuarto de siglo, tales como la nueva percepción sobre el alto contenido midrash en los Evangelios, avances en los estudios gnósticos basados en los documentos de Nag Hammadi, nuevas intuiciones sobre las capas y la evolución del documento Q, etc. El argumento a favor del miticismo de Jesús ha mantenido el paso con estos avances y se ha fortalecido con ello, pero prácticamente nada de esto ha sido respondido por los defensores del histórico Jesús. Cuando investigadores modernos han comentado algo sobre el miticismo de Jesús (en partes de libros o en artículos dedicados a otros aspectos del estudio del Nuevo Testamento), ha sido generalmente de forma superficial, repitiendo viejas
objeciones que han sido atendidas hace mucho tiempo por los defensores del miticismo, lo cual demuestra un entendimiento inadecuado sobre la profundidad y el carácter del argumento. Han sido los apologetas amateur de Internet, normalmente impulsados por la fe, quienes se han adentrado en este vacío y ofrecido artículos en páginas web intentando refutar la posición del mítico Jesús. Estos han sido refutados por los miticistas, incluyendo numerosos artículos de mi autoría.

La obra original The Jesus Puzzle ha tenido un impacto substancial, y es generalmente considerada como la publicación líder y la más persuasiva en años recientes en defensa de la teoría del Jesús mítico. Es citada de forma regular, defendida y atacada. Este impacto se ha logrado en conjunción con la página web The Jesus Puzzle que precedió al libro en unos pocos años. El fin primario tanto de la página web como del libro era alcanzar al público «laico» de mente abierta y solo de forma secundaria invitar a su consideración o desafío al mundo académico oficial —algo que hasta el momento no se ha ofrecido—. Con esta nueva y expandida edición de mi obra, espero apelar tanto a un público académico perteneciente a la principal corriente de pensamiento como al público en general.

En parte porque mi intención es mantener el libro original en circulación como una versión más simple del argumento, le he dado a esta versión expandida un nuevo título. Quizás una apología a favor de la extensión del nuevo libro deba ofrecerse, pero durante años he sido apremiado por muchos a hacer una nueva versión de The Jesus Puzzle tan exhaustiva como fuera posible. Empero, la estructura del libro sigue siendo la misma, con muchos pasajes en común, y he seguido evitando un tono y enfoque marcadamente académicos. Como antes, inserto la mayoría de las fuentes citadas dentro del texto mismo.

Prefiero utilizar notas finales para añadir normalmente un breve material, en gran medida secundario pero siempre informativo sobre las cuestiones que se discuten, para con ello evitar sobrecargar el texto principal —aunque recomiendo que las notas no sean pasadas por alto—. Los Apéndices sirven al mismo propósito, pero más como extendidos excursos. El detallado Índice Onomástico incluye importantes palabras clave, y las referencias escriturales están incluidas en él. Como en el libro original, hay marcadores sobre discusiones más extendidas en forma de direcciones electrónicas a artículos en la página web The Jesus Puzzle. (Si hubiera de cambiar la dirección de esa página en el futuro, el lector puede buscar «The Jesus Puzzle»).

Mi deuda con los estudios tradicionales sobre el Nuevo Testamento sigue siendo inmensa, mientras que con respecto a otros investigadores que trabajan fuera de los
confines de la principal corriente de pensamiento esta se ha ido aumentando con los años, e intentaré declarar mi deuda cuando la deuda sea debida. Como podía esperarse, The Jesus Puzzle, el libro y la página web, han sido desafiados sobre la base de mi percibida falta de apropiadas o suficientes credenciales, y de mi no participación en el mundo académico oficial. Pero un buen argumento y una buena prueba deben ser capaces de ser considerados en sí mismos y de ser evaluados según sus méritos propios. Por otra parte, es natural querer tener alguna idea sobre el grado de competencia al considerar la obra de un autor en cualquier campo de estudio, de modo que terminaré aquí con una nota personal que faltaba en el libro original. Mi educación formal consistió en una licenciatura cum laude en Historia Antigua y Lenguas Clásicas (griego y latín, el griego consistiendo esencialmente en cualquier investigación acerca del Nuevo Testamento). Desgraciadamente, me vi forzado a suspender mi Máster debido a razones de salud y no lo retomé. Después de un número de años en los que estuve desempeñando otra ocupación más ardua, retomé mis estudios particulares sobre los orígenes del cristianismo y disciplinas relacionadas. Tras un período de 14 años, creé la página web The Jesus Puzzle y poco después el libro The Jesus Puzzle, al poco tiempo seguido por una segunda publicación, Challenging the Verdict: A Cross-Examination of Lee Strobelʼs «The Case for Christ».
Para aquellos, profanos y académicos, que demanden más, solo puedo decirles que lo siento. Para el resto de mentes abiertas e inquisitivas, les ofrezco la obra misma, confiando en el poder de las observaciones y los argumentos que en ella se hacen, así como en la lucidez de su presentación. Ninguna prueba matemática hay disponible, ninguna demostración de laboratorio. Todo lo que podemos alcanzar es un juicio en cuanto al resultado de su probabilidad, aunque quizás semejante cosa puede llegar a resultar casi definitiva. En el campo de estudio de la historia esto es todo lo que tenemos. En el área de la religión, un poco más se necesita primero: la temporal relajación de la creencia establecida, para con ello ofrecer a las pruebas y a su racional interpretación una oportunidad de ser aceptadas por sí mismas.

Si la probabilidad se alcanzara acerca de que el Jesús de Nazaret del Evangelio es un personaje ficticio o simbólico, el mundo no llegará a su fin. Solo necesita meramente cambiar, y normalmente se le ha dado muy bien hacer eso mismo.

Earl Doherty.
Septiembre 2009

 

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