Desde hace tiempo que vengo pensando realizar esta sección de minientradas exponiendo una de las cosas que mejor produce la religión: fanatismo. Esta puede que sea la más larga y aún así prometo no extenderme demasiado. Se tratarán de declaraciones de religiosos confesando, tal cual, que son unos fanáticos. Algo que la religión (RAE) ha sabido producir muy bien: gente que es incapaz de cambiar de opinión o dejar de creer algo aún cuando les expongan evidencias que demuestren que estaban equivocados.
Como no quería empezar mal, creo que la mejor forma de hacerlo con este tipo de artículos cortos es empezar a lo grande: exponiendo a uno de los apologistas más famosos del cristianismo moderno. Y es que poca gente no conocerá a William Lane Craig. «Conocerá» muy entrecomillado, pues pocos de los que creen conocerle como un tipo lógico y racional por haber visto sus debates sabrán que este tipo confesó, tal cual, ser un fanático en uno de sus libros. Ya lo expuse en su día en un comentario que twiteé, pero creo que merece una entrada exclusiva para ello. Al igual que se lo merecen otros (personas a título individual y grupos, asociaciones, etc.) que iré posteando con este tipo de entradas.
B) ROL DE ARGUMENTO Y EVIDENCIA
Pero, ¿qué pasa con el segundo punto: el papel del argumento y la evidencia para saber que el cristianismo es verdadero? Ya he dicho que es el testimonio auto-autenticidad del Espíritu Santo que nos da el conocimiento fundamental de la verdad del cristianismo. Por lo tanto, el único rol que le queda al argumento y la evidencia es un rol subsidiario.
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Si surge un conflicto entre el testimonio del Espíritu Santo y la verdad fundamental de la fe cristiana y las creencias basadas en argumentos y pruebas, entonces es el primero el que debe prevalecer sobre el segundo, y no al revés.
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Pero alguien puede insistir: «¿Pero cómo sabes que tu experiencia no es también falsa?». Esa pregunta ya ha sido respondida: la experiencia del testigo del Espíritu se auto-autentifica para el que realmente la tiene. El cristiano lleno del Espíritu puede saber de inmediato que su afirmación del testimonio del Espíritu es verdadera a pesar de las falsas afirmaciones hechas por personas que se adhieren a otras religiones.
Fuente: Fe Razonable: Verdad Cristiana y Apologética», en el capítulo dedicado al punto B) ROL DE ARGUMENTO Y EVIDENCIA (pags 29-30, 41. Publiaciones Kerigma).
En resumen, las evidencias, para Craig, no están por encima de tener confianza ciega en el testimonio anecdótico que dejaron los religiosos que compusieron y fundaron la religión (o cualquiera de las denominaciones) a la que pertenece Craig. Algo que este insiste en recalcar a lo largo de todo ese capítulo y en su libro. Si aparecieran evidencias en contra de lo que él cree estas serían ignoradas por él pues, repito (y esto es lo más patético de Craig) según él deberían ser ignoradas en pro de sus creencias. Este, como ya dije, es uno de los adalides del cristianismo moderno demostrando el fanatismo que produce la religión. Por esto, porque confesó ser un fanático, es por lo que las opiniones de Lane Craig (y de todos los que iré exponiendo en esta sección) no valen un carajo. Porque lo que él defiende es la deshonestidad.
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