La obra de Píndaro que se conoce se ha conservado en papiros de entre el siglo II a. C. hasta el II d. C. y en algunos manuscritos medievales que proceden de una selección efectuada en el siglo III. En total, han llegado hasta nosotros cuatro libros de epinicios que suman 45 odas y algunos fragmentos sueltos. Los epinicios (ἐπίνικοι / epinikoi) son cantos corales compuestos en honor de los vencedores en alguno de los cuatro certámenes deportivos de los Juegos Panhelénicos que se cantaban al paso de los campeones. Las composiciones de Píndaro suelen utilizar la victoria deportiva como simple punto de partida para loar el valor personal del atleta: su triunfo refleja la victoria de lo Bello y lo Bueno sobre la mediocridad.
Además de epinicios, Píndaro compuso himnos, peanes, partenios, cantos al vino, trenos, etc.