Dan Barker, ex predicador judeocristiano, explica porqué dios, como concepto, y Dios, como personaje creado por el monoteismo abraámico, al igual que el resto de deidades olvidadas y catalogadas como mitos, no puede existir fuera de esos mitos.
El dios de estas religiones, únicamente se usa para cubrir los huecos, algo que deGrasse demuestra en una conferencia, y que Barker añade ofreciendo no solo explicación a eso sino al porqué ese dios no puede existir mostrando que su definición es totalmente paradógica, incoherente y contradictoria.
excelente video, sobre todo el contenido de este, muy racional y coherente la explicación sobre esas supuestas cualidades del dios literario!
Saludos, he leido el libro perdiendo la fe en la fe es excelente como aclara el tema religioso a traves de analisis simple , pero es dificil razonar con personas religiosas refugiadas en la ignorancia.
Hola, soy creyente,pero mi mente esta abierta..como explicar Hebreos 11:1..y todo el capítulo..
¿Y qué se supone que hay que explicar de ese comentario (Hebreos 11)? Hebreos 11 no es más que el intento de un tipo, su autor, de defender el uso de la confianza ciega (Fe) dándole el mismo valor que al conocimiento verificable.
Decir que «la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve» es no decir absolutamente nada. Como eslogan para vender que uno debe aceptar lo que a uno le afirman sin exigir ni una sola evidencia, está bien. Pero si uno se atiene a un criterio lógico, confiar ciegamente en una serie se afirmaciones, sin comprobar si lo que nos afirman es cierto o no, es la peor forma de obtener respuestas. Más si cabe, cuando estamos hablando de afirmaciones que rozan el límite de la coherencia, como lo son las que realizaron dichos autores. Pues bien puedo, por poner un ejemplo, confiar (y no ciegamente) en alguien que me afirme que «el otro día llovió» (o cualquier afirmación sobre sucesos comprobados y comprobables), que seguiría sin creer a esa misma persona si me afirma que «el otro día llovió desde el suelo hacia el cielo» (o cualquier otra afirmación absurda que se le ocurra). Si dicha persona me viniera, como hizo el autor de Hebreos, vendiendo que debo abandonar mi criterio y mi pensamiento lógico para aceptar ciegamente sus afirmaciones, desde luego confiaría aún menos en dicha persona. No iría propagando sus afirmaciones y, cuando alguien me las discutiera, justificándolas porque dicha persona me vendió que debo tener «fe» en él y en los personajes de los que me habla.
Hebreos 11, junto con Mateo 10 y otros tantos capítulos, no deja de ser más que un «Manual del buen sectario.» Y lo irónico es que, además de defender la confianza ciega, el capítulo no es más que un argumento circular:
1º. El autor le dice que debe de ceerle ciegamente (tener fe en sus afirmaciones).
2º. El autor le dice que todos los personajes de los que habla emplearon esa confianza ciega.
Vamos, que lo que está diciendo el autor de Hebreos 11 es: cree ciegamente en mis afirmaciones sobre una serie de personajes. ¿Por? Pues porque esos personajes también creyeron ciegamente.